ANEXO I
PROGRAMA DE PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD-SALUD SEGURA
Fundamentos
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) [1] a nivel mundial
mueren 41 millones de personas cada año debido a enfermedades no
trasmisibles (ENT): enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades
respiratorias crónicas, diabetes, lesiones, afecciones maternas,
perinatales y nutricionales. Las enfermedades cardiovasculares
constituyen el porcentaje más alto de las muertes por ENT (17,9
millones cada año), seguidas del cáncer (9 millones), las enfermedades
respiratorias (3,9 millones) y diabetes (1,6 millones). Estos cuatro
grupos de enfermedades son responsables de más del 80% de las muertes
prematuras por ENT. Sus principales factores de riesgo son el consumo
de tabaco, la ausencia de actividad física programada, el abuso del
alcohol y los hábitos alimenticios no saludables. La detección, el
cribado y el tratamiento, al igual que los cuidados paliativos, son
componentes fundamentales de respuesta a las ENT.
Según datos de la OMS mueren anualmente cerca de 7,2 millones personas
por tabaquismo; 4,1 millones por ingesta excesiva de sal/sodio; 1,6
millones de muertes pueden atribuirse a una actividad física
insuficiente y más de la mitad de los 3,3 millones de muertes
atribuibles al consumo de alcohol se deben a ENT, entre ellas el
cáncer.[2]
Existen cuatro cambios metabólicos fundamentales que aumentan el riesgo
de ENT: aumento de la tensión arterial (hipertensión), sobrepeso y
obesidad, concentración elevada de glucosa en sangre (hiperglucemia),
concentración elevada de lípidos en sangre (hiperlipidemia). En
términos de muertes atribuibles, el principal factor de riesgo
metabólico es el aumento de la presión arterial (al que se atribuyen el
19% de las muertes a nivel mundial), seguido por el sobrepeso y la
obesidad, el aumento de la glucosa sanguínea.
La OMS estima que durante el 2016 el 78% de las muertes en Argentina se
debieron a ENT. Entre estas últimas, el 28% correspondieron a
enfermedades cardiovasculares, el 20% a cáncer, el 16% a enfermedades
de afecciones trasmisibles, maternas, perinatales y nutricionales, el
10% a enfermedades respiratorias crónicas, el 6% a lesiones; el 3% a
diabetes y el 17% a otras ENT. El riesgo de mortalidad prematura por
ENT entre los 30 y 70 años en Argentina en el 2016 fue de 16%.
En relación a la prevalencia de los factores de riesgo asociados a las
ENT en el país, la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) del
2019 arrojó los siguientes resultados: el 22% de la población consume
tabaco, el 44,2% presenta sedentarismo, el 33,7% tiene sobrepeso[3], el
34,4 % presenta obesidad[4], el 12,7 % presenta hiperglucemia/diabetes,
el 39,5% colesterol elevado[5], el 46,6% de la población adulta
presenta hipertensión[6]. Según la ENFR la prevalencia de consumo de
alcohol (en forma regular y riesgosa en el último mes) fue de 8,4 %
durante el 2018. La fracción atribuible del consumo nocivo de alcohol a
la mortalidad general por todas las causas fue de 4,4% (7,2% en varones
y 1,5% en mujeres). En relación a los factores de riesgo asociados a
prácticas preventivas de cánceres, la ENFR (en el año 2018) observó que
el 66 % de las mujeres entre 50 y 70 años se había realizado una
mamografía en los últimos dos años; el 70,3 % de las mujeres de entre
25 y 65 años se realizó un Papanicolau (PAP) en los últimos dos años y
el 31,6% de las personas encuestadas de entre 50 y 75 años se realizó
alguna vez una prueba para detección de cáncer colo-rectal.
El consumo nocivo de sustancias también constituye un factor de riesgo
para el desarrollo de patologías crónicas. Según datos del Reporte
Mundial de Drogas de la Organización de las Naciones Unidas de 2017,
271 millones de personas, es decir, cerca del 5,5% de la población
global de entre 15 y 64 años, han utilizado drogas en el año anterior;
35 millones de personas sufren algún tipo de trastorno por el uso
indebido de sustancias. Según estadísticas de la SEDRONAR, el 19,5% de
la totalidad de las muertes ocurridas durante el 2017 de personas de
entre 15 y 64 años estuvieron relacionadas, directa o indirectamente,
con el consumo de sustancias lícitas e ilegalizadas.
La labor de las Fuerzas Policiales y de Seguridad está atravesada por
características particulares: largas jornadas de trabajo que reducen el
tiempo libre o la posibilidad de realizar acciones que promuevan la
salud (como ejercitar el cuerpo, llevar a cabo controles médicos
periódicos, etc.), turnos de cuartos rotativos, el desarrollo de tareas
en la vía pública que puede generar las condiciones de adopción de
hábitos alimenticios no saludables, son algunas de estas
características. Existe una abundante literatura sobre manifestaciones
de estrés y estrés crónico en las Fuerzas Policiales y su manifestación
somática: patologías cardíacas, perturbaciones gastrointestinales y
dolencias dermatológicas, así como padecimientos psíquicos que llevan
al abuso de sustancias tóxicas, altas tasas de divorcio, depresión y
suicidio.
Según información relevada entre 2011 y 2014 en personal de las Fuerzas
Policiales y de Seguridad Federales[7] existe en esta población una
prevalencia elevada de factores de riesgo cardiovasculares,
enfermedades de salud odontológica y oftalmológica. Algunos de los
resultados destacados son: prevalencia de tabaquismo de un 38,9%, de
sobrepeso de un 42,7%, de obesidad de un 38,4%. Un 38,6% del personal
analizado presentaba niveles de colesterol elevados, un 7%
hiperglucemia y un 15,7% tensión arterial elevada e hipertensión
diagnosticada. También se observó que el 19,7% presentaba sarro y
gingivitis y que el 21% requirió corrección oftalmológica con lentes
por presentar errores de refracción tales como hipermetropía,
astigmatismo, miopía y presbicia. La detección temprana y oportuna de
estos factores permitió derivar al personal a los servicios de salud de
la institución a la que pertenecían para su posterior tratamiento y
seguimiento clínico, como así también brindarles la correspondiente
consejería nutricional y recomendaciones sobre hábitos alimenticios
específicos.
Asimismo, los factores de riesgo en el personal de las Fuerzas
Policiales y de Seguridad Federales mencionados se encuentran
sensiblemente por encima de los observados en población general y
superiores a los de otros grupos profesionales. El 90% de estos
factores son prevenibles y evitables. Por lo tanto, reforzar las
acciones de detección temprana y el tratamiento de factores de riesgo
constituyen estrategias sanitarias de bajo costo y gran impacto en
términos de prevención.
Objetivo General
Promover la salud física y mental, la prevención primaria y secundaria
de factores de riesgo en el personal de las Fuerzas Policiales y de
Seguridad Federales en actividad.
Objetivos Específicos
• Prevenir la aparición de factores de riesgo cardiovascular como
sobrepeso, obesidad, hipertensión, hiperglucemia, hipercolesterolemia y
la prevalencia de enfermedades metabólicas en el personal de las
Fuerzas.
• Detectar tempranamente, y lograr la oportuna atención, de factores de
riesgo asociados a enfermedades cardiovasculares, así como patologías
odontológicas y oftalmológicas.
• Promover la adopción de hábitos de vida saludables y factores
protectores que disminuyan las probabilidades de aparición de factores
de riesgo.
• Proveer un espacio de reflexión que fortalezca la salud mental de los efectivos de las Fuerzas.
• Detectar tempranamente las problemáticas asociadas al consumo nocivo
de sustancias lícitas e ilícitas, arbitrando los medios para que las
Fuerzas Federales faciliten las herramientas necesarias a fin de
asegurar la asistencia de las personas afectadas por estas
problemáticas y su recuperación.
Implementación
El Programa de Prevención y Promoción de la Salud-Salud Segura se compone por tres dispositivos complementarios.
Dispositivo sanitario itinerante para la prevención cardiovascular, salud odontológica y oftalmológica
El Programa cuenta con un dispositivo sanitario itinerante que se
instala periódicamente en dependencias de las Fuerzas Policiales y de
Seguridad. La tarea es desarrollada en forma conjunta por personal del
Ministerio de Seguridad de la Nación y personal de salud de las áreas
de sanidad de las Fuerzas Federales.
Los profesionales de la Coordinación de Promoción de Derechos Sociales
de la Dirección Nacional de Bienestar Policial, en conjunto con
efectores de salud de las áreas de Bienestar y/o Sanidad de las Fuerzas
Federales, están a cargo del diseño, organización y coordinación
general del dispositivo.
La revisión del personal consiste en un circuito de puestos de
evaluación, que se inicia con un cuestionario básico de antecedentes
personales y familiares, características laborales, y continúa con el
registro de tensión arterial, medición de la frecuencia cardíaca,
medición de peso y talla corporal, medición de perímetro de cintura,
cálculo de índice de masa corporal (MC), medición de glucemia y
colesterol total en sangre mediante tiras reactivas y revisión
odontológica y oftalmológica (prueba de agudeza visual), detección de
defectos ópticos refractarios (presbicia, astigmatismo, hipermetropía y
miopía). La revisión odontológica registra la presencia de gingivitis,
enfermedad periodontal, urgencias odontológicas, piezas faltantes,
cariadas, obturadas y en resto radicular.
Los participantes tienen la oportunidad de completar una encuesta
anónima de opinión al finalizar el recorrido. La encuesta permite
evaluar la recepción que el dispositivo tiene en el personal de la
Fuerza y las sugerencias que permitan mejorar algunos de sus aspectos.
Durante las jornadas de evaluación en las diferentes unidades
operativas, personal del Ministerio realiza la carga de información a
una base de datos informatizada, tanto del cuestionario básico de
inicio como de los hallazgos clínicos de cada uno de los puestos de
revisación. Al final del circuito, una licenciada en nutrición y un
médico clínico, ambos del Ministerio, efectúan una devolución de los
hallazgos (parámetros clínicos obtenidos), una orientación general a
cada uno de los participantes, una orientación sobre hábitos saludables
y derivan para seguimiento clínico en consultorios a aquellos que lo
requieran.
A los participantes que registren factores de riesgo cardiovascular se
los deriva al área de sanidad de la Fuerza a la que pertenecen para
iniciar un tratamiento. Los casos de alto riesgo detectados durante el
funcionamiento del Programa son derivados de emergencia al área de
sanidad para ser evaluados y tratados inmediatamente. Posteriormente se
realiza un seguimiento de estos casos para corroborar la situación
particular de cada uno.
Dispositivo de Screening Toxicológico
Este dispositivo tiene el objetivo de detectar consumos problemáticos
y/o usos indebidos de sustancias en efectivos de las Fuerzas Federales
en actividad. El dispositivo consiste en una actividad de screening de
pruebas toxicológicas y la realización de talleres y jornadas de
capacitación sobre la prevención de consumos problemáticos de
sustancias.
Las pautas para la ejecución de las pruebas toxicológicas se ajuntan en el ANEXO II del Programa.
Dispositivo talleres de Promoción de la Salud Mental
Este dispositivo consiste en la realización de actividades de
capacitación, talleres y jornadas, sobre la promoción de la salud
mental en el personal de las Fuerzas Policiales y de Seguridad
Federales. A través de estas actividades se constituyen espacios de
trabajo estratégicos para la reflexión y el abordaje de distintas
problemáticas de salud mental, como así también de desarrollo e
incorporación de un conjunto de herramientas psicoeducativas
fundamentales para la labor profesional.
Indicadores de monitoreo y evaluación
• Cantidad de personas evaluadas por el dispositivo sanitario
itinerante. Indicador desagregado por género, edad, dependencia, grado.
• Porcentaje de personas asistidas por unidad o dependencia visitada por el dispositivo sanitario itinerante.
Indicador desagregado por género, edad, dependencia, grado.
• Cantidad de personas detectadas por el dispositivo sanitario
itinerante en situación de urgencia o con enfermedades crónicas que
debieron ser referidas al sistema de salud. Indicador desagregado por
género, edad, dependencia, grado.
• Porcentaje de personas con enfermedades crónicas detectadas en
situación de riesgo. Indicador desagregado por género, edad,
dependencia, grado.
• Cantidad de personas evaluadas por el Screening toxicológico y
evaluación psicológica. Indicador desagregado por género, edad,
dependencia, grado.
• Cantidad de personas detectadas con consumos problemáticos. Indicador desagregado por género, edad, dependencia, grado.
• Cantidad de efectivos capacitados por el dispositivo talleres de
promoción de la salud mental, Indicador desagregado por género, edad,
dependencia, grado.
• Cantidad de jornadas de sensibilización y promoción de la salud llevadas a cabo en el marco del Programa.
[1] OMS (1 de junio de 2018). Organización Mundial de la Salud. Centro
de Prensa. Obtenido de
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/noncommunicable-diseases.
[2] Global, regional, and national comparative risk assessment of 79
behavioural, environmental and occupational, and metabolic risks or
clusters of risks, 1990-2015: a systematic analysis for the Global
Burden of Disease Study 2015
[3] La categoría
sobrepeso en el instrumento utilizado se definió como Índice de Masa Corporal mayor e igual a 25 y menor a 30.
[4] La categoría
obesidad en el instrumento utilizado se definió como Índice de Masa Corporal mayor e igual a 30.
[5] La categoría hipercolesterolemia se definió como niveles de
colesterol mayores a 200 mg/dL+ el auto reporte de haber registrado
colesterol elevado y haber iniciado algún tipo de tratamiento.
[6] La categoría de
hipertensión
fue definida como PA (presión arterial) elevada en mediciones objetivas
al momento de la encuesta y el auto reporte de HTA en tratamiento.
[7] Operativo Salud Segura en la Policía Federal Argentina.