CAPITULO 3

MEDIO AMBIENTE Y PAUTAS DE CRIANZA

Norma Aspres, Cristina Boccaccio, Alejandro Jenik

La investigación y la experiencia clínica han documentado que el potencial de crecimiento, desarrollo y la conducta, están afectados por el medio en el cual el niño vive en un grado, por lo menos comparable a su constitución biológica. El niño y el medio ambiente interactúan y se modifican mutuamente a lo largo del tiempo. Cuanto más contenedor y apropiadamente estimulante sea el medio ambiente y más competente el niño, mayores serán las posibilidades de lograr un desarrollo y conducta óptimas. Las probabilidades de anormalidades aumentan cuando coinciden un niño vulnerable por un lado y un medio inadecuado por el otro. Esto implica correlacionar continuamente riesgo biológico y ambiental.

La evaluación del medio ambiente que rodea al niño significa tener en cuenta las características de riesgo psicosocial (para lo que remitimos al capítulo 2) y del medio físico propiamente dicho: estructura edilicia y recursos de la vivienda: superficie habitable, provisión de agua y eliminación de excretas, grupo conviviente (algunos ítems ya han sido tratados en el Capítulo 1, planeamiento del alta).

ADECUACION DEL MEDIO AMBIENTE DEL HOGAR

Temperatura ambiente: Alrededor de 20-25 grados centígrados. Se debe controlar la temperatura del niño sobre todo en los primeros días posteriores al alta para adecuar la temperatura del ambiente y la vestimenta para mantener al bebe entre 36 y 36,5 grados de temperatura axilar. Evitar la calefacción con hidrocarburos por combustión. En épocas calurosas mantener al niño en el lugar más fresco y ventilado.

La habitación del niño debería ser en la medida de lo posible bien ventilada y limpia, y ser compartida por la menor cantidad posible de personas.

Se deberá controlar la presencia de mosquitos y otros insectos en las cercanías del bebé; para ello se pueden utilizar tabletas o bien mosquiteros sobre la cuna.

La cuna deberá tener su contorno interno protegido de modo que el niño no se golpee al moverse; la protección se podrá adaptar al tamaño del mismo por medio de rollos de tela en forma de nido. Los pies del bebé deberán estar en contacto con la parte inferior de la cuna, de modo que no pueda deslizarse hacia abajo y quedar cubierto por las cobijas. Estas siempre deberán ser colocadas por debajo de sus axilas.

Con respecto al colecho, las opiniones son contradictorias: por un lado algunos autores creen que favorece la lactancia materna, pero por otro existe el riesgo de sofocación.

Precauciones para disminuir el riesgo de enfermedad respiratoria:

Los niños de alto riesgo tienen una mayor predisposición para contraer enfermedades respiratorias, particularmente en el primer año de vida, en épocas epidémicas (de abril a septiembre), y especialmente en presencia de enfermedades pulmonares crónicas: ej.: displasia broncopulmonar (DBP).

Existe una alta incidencia de enfermedades de vías respiratorias bajas con mayor incidencia de broncoespasmo y neumonía, sobre todo en los prematuros. Esto requerirá medicación nueva o adicional, oxígeno o, incluso, rehospitalización.

El riesgo de rehospitalización aumenta a medida que disminuye el peso al nacer. En aquellos RN con PN menor o igual a 1500g es de 33 a 38% en el primer año de vida. Algunas son debidas a secuelas de prematurez o infecciones agudas pero el medio socioeconómico es uno de los factores que más influyen. Los padres no deben considerar una rehospitalización como fracaso de sus cuidados. El riesgo disminuye con el crecimiento del niño.

Precauciones:

Los padres deben ser alentados a minimizar la exposición a infecciones:

• No permitir grandes grupos de personas en el medio que rodea al bebé.

• Limitar el número de personas que lo cuidan.

• Lavarse las manos antes y después de sostener al niño.

• Evitar el contacto con personas afectadas por enfermedades respiratorias o gastrointestinales.

• Los niños pequeños que asisten a escuelas son frecuentemente afectados por enfermedades virales. Por esta razón no se recomienda la asistencia a jardines maternales de los niños de alto riesgo durante los primeros 6 a 12 meses luego del alta

• Evitar la exposición al humo de cigarrillo.

• Promover el amamantamiento, aun cuando el bebé no haya recibido leche humana durante la internación.

• Evitar el contacto con animales domésticos.

SUGERENCIAS SOBRE CRIANZA

Es conveniente considerar, junto con los padres, algunos elementos que contribuirán a mejorar la crianza de un niño de alto riesgo.

Los padres deben ser estimulados a comenzar lo más rápidamente posible el proceso de "normalización" de la vida de su bebé, particularmente si no hay enfermedades crónicas significativas ni secuelas graves.

El estrés de haber tenido un niño en una Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales inclina a muchos padres a lo que se ha dado en llamar el Síndrome del niño vulnerable. Dichas actitudes pueden llevar a una sobreindulgencia o exceso de permisividad.

Las familias tienen a menudo problemas con la imposición de límites, lo que puede interferir con el normal desarrollo del niño, que puede volverse dependiente, demandante, o manifestar una conducta descontrolada.

• A la inversa, otro aspecto de este síndrome es la presencia de una mayor incidencia de niños golpeados o de abandono.

Ambas situaciones deben ser tenidas en cuenta e investigadas a través de un interrogatorio dirigido.

• Las familias deben ser estimuladas a tratar de lograr una vida cotidiana "normal" en el cuidado y actividades diarias de su niño. Este proceso es crítico en el desarrollo de un vínculo saludable y les permite sentir que ellos tienen el control de la situación.

Edad corregida

En el caso de bebés prematuros, este concepto debe ser explicado y los padres alentados a usar la edad corregida cuando se determina su progreso en crecimiento y desarrollo. Los padres usualmente comparan al niño con sus hermanos o leen textos acerca de los hitos del desarrollo, y pueden desalentarse si este bebé es juzgado según su edad cronológica. Además deben ser advertidos de la existencia de un amplio rango dentro de la "normalidad" para ambos parámetros: crecimiento y desarrollo. Asegúrese de discutir con los padres el estado actual de su hijo, el riesgo potencial de retraso en cualquiera de los dos ítems, y la necesidad de evaluarlo periódicamente.

Higiene

Las sugerencias sobre higiene involucran al niño y al medio ambiente que lo rodea.

• Favorecer el baño higiénico diario y el lavado de manos.

• Colocar al niño suavemente en el agua, preferentemente sostenido en decúbito ventral, con lo que se sentirá más seguro al evitarse el reflejo de Moro.

• Desaconsejar el uso de cosméticos infantiles, recomendando la utilización de jabones neutros y sin perfume; no usar lociones sobre la piel del bebé; no utilizar talcos.

• Realizar la higiene de la zona perineal con agua y jabón tibios, o bien óleo calcáreo o aceite comestible. No utilizar cremas o pomadas sobre piel sana.

• Las prendas del bebé deben ser lavadas cada vez que las use, con un jabón suave y a mano, prestando especial atención al enjuague para que no queden restos de jabón que puedan provocar alteraciones en la piel.

• La preparación de los alimentos del niño reviste la mayor importancia. Se debe asegurar la correcta higiene de todos los utensilios y biberones, así como como la esterilización efectiva de las fórmulas lácteas.

Patrones de sueño

Los niños que han estado largo tiempo internados, y sobre todo los prematuros, pueden presentar dificultades con el sueño, en particular el sueño nocturno. Pueden despertarse tan frecuentemente como cada 2 horas hasta los 4 meses corregidos, y ser incapaces de dormir durante un lapso de 8 horas por la noche hasta los 8 meses corregidos. Esta organización del sueño puede ser producto de inmadurez neurológica, demandas nutricionales, edad, temperamento y hábitos previos de sueño.

Algunos bebés de alto riesgo parecen ser hipersensibles a los ruidos y las luces; otros se han habituado al ruido de las Unidades y presentan dificultades para ajustarse a la quietud y oscuridad de los hogares.

El uso de una pequeña luz nocturna o música puede ser de ayuda en este último caso. Los padres deben ser ayudados en este período y provistos de estas guías sobre los patrones de sueño. (Ver también posición al dormir y síndrome de muerte súbita.)

Vestimenta

Se pueden hacer algunas sugerencias sobre el tipo de vestimenta más adecuada para los bebés, en particular los prematuros, con las salvedades dadas por las características climáticas de cada estación y lugar. En general, son recomendables las prendas livianas, de fibras suaves como el algodón, que se cierren por delante para hacer más fácil el cambio. Las aberturas pueden asegurarse con cintas o botones; se desaconsejan las cintas sujetadoras tipo "abrojo" —ya que pueden lastimar la delicada piel del niño—, así como las costuras numerosas.

Una de las primeras ropas que los bebés prematuros suelen usar, sobre todo en épocas frías, son los gorros; es conveniente que sean de algodón, por la irritación que tejidos ásperos como la lana pueden provocar en la piel.

Conviene evitar el sobreabrigo en la época invernal.

No usar ropa que limite los movimientos; por ejemplo, los enteritos u "ositos" que, al crecer el bebé, rápidamente quedan cortos y pueden deformar los pies llevándolos a la hiperextensión.

Juegos

Una vez que el bebé presenta más períodos regulares de alerta, comenzará a disfrutar del mirar y escuchar diferentes juguetes. Los bebés pequeños prefieren los colores vivos: rojo, azul, amarillo y verdes brillantes, a los colores pastel. Parecerían también responder mejor a las formas redondeadas que a las figuras geométricas. Los bebés ven mejor los objetos colocados a 30 a 60 cm de distancia, por lo que dichos objetos deben colocarse siempre por delante de la cabeza. También se sienten atraídos —y mucho— por los rostros humanos y las voces. Mirarlo y hablarle con voz pausada resulta uno de los mejores estímulos.

Cuando el niño comienza a manipular objetos, se desaconsejan aquellos juguetes con pequeñas partes removibles, con bordes agudos, revestidos con pinturas tóxicas, o rellenos con partículas pequeñas.

Los niños con DBP o con BOR no deben utilizar muñecos de peluche.

Aprovechar el momento del baño o del cambio de pañales para tocarle el cuerpo, acariciarlo y hacer suaves masajes. No es aconsejable la tracción a sentado ni pararlo. No es recomendable el uso de andador, por los riesgos que implica.

Los niños no deberían ver televisión, por lo menos hasta los 2 años.

Control de esfínteres:

Los signos del comienzo de aprendizaje estarán de acuerdo a la edad corregida en los niños prematuros. Las alteraciones del tono muscular pueden tener un efecto negativo sobre la adquisición de los hábitos higiénicos.

Salidas y viajes

Luego del alta del hospital, es conveniente que el niño tenga un período de adaptación a su nuevo entorno, que se familiarice con un nuevo ambiente de colores, sonidos, rutinas y personas que lo cuidan. Para los padres también es importante contar con un tiempo para reubicarse en un hogar que ha cambiado con la llegada del bebé. Por esto seria conveniente que las salidas, durante estos primeros tiempos (4 a 6 semanas) fueran tan sólo para los controles médicos periódicos, así como evitar en la medida de lo posible, los viajes largos.

Superada esta etapa y si el niño no presenta una patología crónica compleja la vida de la familia debe ser normal.

Seguridad y prevención de accidentes

Los accidentes, sobre todo en el primer año de vida, están directamente relacionados con los cuidados de los adultos, y son evitables y prevenibles con simples medidas de seguridad. Los accidentes constituyen la primera causa de muerte para el grupo de 1 a 4 años en nuestro país y ocupan el cuarto lugar dentro de las primeras causas de muerte para los menores de 1 año, después de las patologías perinatales, las anomalías congénitas y las neumonías, en ese orden.

Los tipos de accidentes varían de acuerdo a la edad del niño.

En el primer año de vida las muertes son debidas a: aspiración de contenido gástrico, alimentos y objetos que obstruyen la vía aérea, sofocaciones y estrangulamientos. Los accidentes más frecuentes se deben a quemaduras, caídas, accidentes por electricidad e intoxicaciones.

Entre 1 y 3 años, a los anteriores se agregan ahogamientos y sumersiones.

En mayores de 3 años los accidentes de tránsito constituyen la primera causa de mortalidad.

Las guías anticipatorias sobre seguridad deben adaptarse al nivel de desarrollo del niño. Debido a que muchos padres pueden considerar a su hijo como débil o vulnerable deben ser estimulados a no restringir sus actividades y a permitir la exploración e interacción social dentro de los márgenes de seguridad de un niño sin los antecedentes de ser de alto riesgo.

GUIAS DE PREVENCION DE ACCIDENTES:

1 a 3 meses:

• Aspiraciones, sofocaciones y estrangulamiento:

Acostar al niño boca arriba, con la cabeza descubierta, sin almohada.

Ropa sin botones

No usar sujetadores de chupetes o adornos.

No usar fécula cerca de la cara.

• Quemaduras:

No cargar en brazos al bebé mientras se ingieren bebidas calientes.

Controlar la temperatura del agua del baño.

Evitar el uso de prendas de nylon u otros materiales inflamables.

• Intoxicaciones:

Verificar la dosis de medicamentos, no usar directamente en la boca los frascos goteros.

No usar insecticidas, pinturas, desodorantes ambientales en las habitaciones donde se encuentre el niño.

3 a 6 meses:

• Aspiraciones, sofocaciones:

Que no coma ni beba solo o acostado en su cuna

Evitar juguetes más pequeños que su boca

Baño higiénico con no más de 10 cm de agua en las bañeras, tener todos los elementos a mano para que no permanezca solo en el agua.

• Caídas:

Que no permanezca solo en lugares altos, como camas o mesas.

6 a 12 meses:

• Aspiraciones, sofocaciones:

No dar a ingerir alimentos duros o pequeños, como caramelos, maníes, confites.

No jugar con bolsas de plástico o cuerdas.

• Caídas:

No permanecer en superficies resbaladizas.

Usar zapatos con suelas de goma.

Proteger las escaleras.

• Quemaduras:

Que el niño no se acerque a fuentes de calor como estufas, horno, braseros.

Usar las hornallas posteriores y no dejar los mangos hacia fuera.

• Accidentes por electricidad:

Proteger los tomacorrientes.

Desconectar los aparatos eléctricos cuando no se usan.

Evitar cables "pelados" o conexiones provisorias.

Usar disyuntores.

No permitir el juego con o cerca de aparatos electrodomésticos de ningún tipo.

• Intoxicaciones:

Mantener los productos de limpieza, insecticidas, medicamentos, aun los de venta libre, bajo llave o fuera del alcance de los niños.

Medidas de seguridad para el transporte en automóviles

Si el bebé debe ser transportado en auto se debe:

• Colocarlo en un asiento de seguridad para auto en un lugar desde donde pueda ser visto por una persona y siempre en el asiento posterior.

• Utilizar rollos de tela para adecuar el asiento al tamaño del bebé; éstos deben ser colocados a ambos lados del tronco del niño, y por debajo del sujetador de la cadera para evitar deslizamiento.

• Si la cabeza del niño tiende a caer hacia delante, colocar el asiento de modo que se logre una inclinación de 45 grados.

• El broche de retención debe ser ajustado sobre el tórax.

• En niños con riesgo de compromiso respiratorio el transporte debe ser minimizado, de ser necesario monitorear la respuesta cardiorrespiratoria y la saturación de oxígeno en el asiento de auto antes de realizar el traslado.

Inmunizaciones

Se acepta completar el esquema de acuerdo a las Normas Nacionales de Vacunación según edad cronológica, independientemente del peso de nacimiento, salvo la indicación de BCG y se sugieren algunos puntos a tener en cuenta:

• BCG:

Aplicar cuando el niño tiene un peso igual o mayor a 2000 g.

• Sabin:

Si el bebé se encuentra todavía internado a los 2 meses, se debe vacunar para polio con vacuna Salk; si no se cuenta con ella, no colocar Sabin por ser vacuna a virus vivos y estar contraindicada durante la internación por la eliminación viral.

• Cuádruple:

Puede aplicarse durante la internación. Se recomienda no aplicar vacuna anticoqueluche (celular, que es la presente en cuádruple y triple estándar) en niños con posibilidades de presentar o que ya presenten un cuadro neurológico convulsivo severo. En estos casos la indicación es la vacuna antipertussis acelular.

Otras vacunas

• Vacuna antigripal (influenza):

Recomendada para niños con DBP o cardiopatías congénitas, a partir del 6to. mes y hasta los 3 años, 0,25 cc con intervalo de 4 semanas a partir del mes de marzo. Si ya la había recibido en la estación invernal anterior, se debe indicar una sola dosis de 0.25cc. A partir de los 3 años 0,5 cc con los mismos intervalos.

• Vacuna hepatitis

Hepatitis A: A partir del año de vida, y a los 6 meses si concurre a jardín maternal

Hepatitis B: Está recomendada la vacunación para todos los RN, al nacimiento, ya que la determinación del estado serológico para HVB no es aún universal para todas las mujeres embarazadas. En el caso de los prematuros con peso inferior a 2.000 g, agregar una dosis complementaria coincidiendo con el resto de las inmunizaciones. (Nacimiento, 2 meses, 4 meses y 6 meses.)

• Vacuna antineumocóccica:

En niños con DBP, asplenia, síndrome nefrótico y enfermedades malignas. En la actualidad existen dos tipos de vacunas en nuestro medio:

• Vacuna con 23 serotipos de neumococo para niños mayores de 2 años, de la que se aplica una única dosis.

• Vacuna conjugada con 7 serotipos de neumococo para niños menores de 2 años.

Si se aplica antes de los 7 meses de edad se deben dar 4 dosis: a los 2, 4 y 6 meses de edad, y un refuerzo entre los 12 y 15 meses.

Si se aplica entre los 7 meses y el año deben darse tres dosis: las dos primeras con intervalo de 2 meses y un refuerzo entre los 15 y 18 meses.

Si se aplica luego del año, dar dos dosis con intervalo de dos meses.

• Virus sincicial respiratorio (VSR):

Los niños prematuros de muy bajo peso al nacer y aquellos con DBP están en riesgo de padecer infecciones respiratorias bajas por VSR durante el final del otoño e invierno. Muchos de ellos pueden requerir internación y quedar con una enfermedad respiratoria crónica o agravar la ya existente requiriendo oxigeno suplementario, broncodilatadores y/o diuréticos.

Los intentos para desarrollar una vacuna no han sido exitosos. Se ha probado el uso de gamaglobulina en administración endovenosa y más recientemente de anticuerpos monoclonales intramusculares como inmunización pasiva contra VSR (palivizumab) que tiene un costo actualmente elevadísimo. Esta ultima opción podría disminuir la incidencia de reinternaciones por dicha patología, si bien no la mortalidad ni la necesidad de ARM. Es necesario administrar dosis repetidas mensualmente durante la época de mayor incidencia (abril a setiembre). Dicha prevención debe quedar limitada a los niños de mayor riesgo.

La Sociedad Argentina de Pediatría, en octubre 2000, recomienda poner énfasis en las medidas generales de prevención de las infecciones respiratorias agudas bajas y en forma más estrictas en los grupos de riesgo ya mencionados. La indicación de palivizumab debiera restringirse a los siguientes pacientes de riesgo y según el criterio del médico tratante:

• Prematuros extremos (peso al nacer menor a 1.000 g y EG menor o igual a 28 semanas) con o sin DBP, durante su primera estación invernal en el hogar.

• Pacientes con DBP de 2 años de edad o menores al comienzo de la estación de VSR, si han requerido oxígeno u otro tratamiento médico para control de su enfermedad dentro de los 6 meses previos.

• Prematuros de muy bajo peso al nacer (menor de 1.500 g) y EG menor de 32 semanas que hayan padecido patología neonatal grave, especialmente respiratoria, en quienes pueda presumirse una evolución tórpida, considerando cada caso en particular.

• No se recomienda el uso en caso de infección por VSR establecida ni en la prevención de diseminación en la unidades de cuidados intensivos neonatales. En estos casos deben priorizarse las medidas generales de control de infecciones respiratorias.

Síndrome de muerte súbita (SMSL)

Pautas para disminuir el riesgo

El Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL) es la muerte inesperada de un niño menor de 1 año sin causa aparente. En nuestro país fallecen aproximadamente 500 niños anualmente por este motivo.

La hipótesis más aceptada para explicarlo es una anormalidad del control cardiorrespiratorio del tronco cerebral que incluye la respuesta al despertar y quizás otros controles autonómicos tales como presión arterial y regulación vigilia sueño. Son factores de riesgo bajo nivel socioeconómico, menor edad materna, multiparidad, falta de control prenatal, el antecedente de un hermano fallecido por SMSL, exposición prenatal y posnatal a drogas (metadona cocaína o heroína), exposición al humo del tabaco, la presencia de dos o más episodios previos de ALTE (Evento de Aparente Amenaza a la Vida) en el mismo niño, sexo masculino, lactancia artificial y posición del lactante para dormir.

Los niños prematuros son también uno de los grupos de riesgo para SMSL, y este riesgo es inversamente proporcional al peso de nacimiento y a la edad gestacional.

La presencia de apneas de la prematurez y la DBP parecerían no aumentar el riesgo.

La posición prona para dormir constituye el factor independiente de mayor riesgo para el SMSL. Los países que realizaron campañas de prevención recomendando la posición supina para dormir permitieron disminuir rotundamente la incidencia del SMSL entre un 30 y un 80%. En los bebés menores de 2.500 gramos se cuadriplica la incidencia del SMSL.

El efecto combinado de condiciones subóptimas durante la gestación (prematurez, retardo del crecimiento intrauterino y cigarrillo materno) y la posición no supina durante el sueño aumentan considerablemente la incidencia del SMSL.

Teniendo en consideración los aspectos epidemiológicos y fisiológicos, la Academia Americana de Pediatría (a partir de 1996) y la Sudden Infant Death Syndrome Global Strategy Task Force (a partir de 1998) recomiendan la posición supina para los prematuros asintomáticos. La Sociedad Argentina de Pediatría adhiere a estas recomendaciones.

Posición para dormir de los prematuros sanos

Deben dormir boca arriba todos los bebés que independientemente su peso de nacimiento y/o edad gestacional no estén cursando una enfermedad pulmonar aguda o apneas, se encuentren con buena evolución clínica y alimentándose por succión. Los recién nacidos con enfermedad pulmonar aguda oxigenan mejor y tienen mejor función pulmonar en posición prona (boca abajo), pero luego de sortear esta contingencia es conveniente ir acostumbrándolos a dormir boca arriba previa al alta hospitalaria.

La recomendación de la posición supina no implica que mientras el niño está despierto no se lo coloque boca abajo, ya que esta posición favorece la adquisición de destrezas motoras.

Posición para dormir en los prematuros con reflujo gastroesofágico (RGE)

Los prematuros con mal progreso de peso por causa de regurgitaciones frecuentes y/o vómitos o aquéllos con síntomas atípicos relacionadas con RGE (apneas, episodio de aparente amenaza a la vida, sibilancias, tos crónicas, neumonía recurrentes) deben acostarse de costado izquierdo y sin elevación de la cabeza hasta el 6to. mes. Luego se aconseja Trendelemburg invertido (es decir con la cabeza elevada 30 grados).

Monitoreo cardiorrespiratorio domiciliario

Su uso está sujeto a controversia, podrían ser indicaciones aquellos niños con ALTE idiopático, episodios recurrentes de ALTE, y/o antecedente de hermano fallecido con SMSL. (Ver Capítulo 8.)

Es conveniente, donde sea posible, que los padres realicen un curso básico de reanimación cardiopulmonar.

LAS PAUTAS PARA DISMINUIR EL RIESGO DE SMSL SON:

Alentar posición supina al dormir

Estimular la lactancia materna

Evitar el cigarrillo durante el embarazo y en el ambiente

Promover el control médico del embarazo y el control en salud del niño

Evitar el sobreabrigo o sobrecalentamiento del ambiente.

Colocar las cobijas siempre por debajo de las axilas con los brazos por fuera de las mismas.

Acostar al niño con sus pies en contacto con el extremo inferior de la cuna.

No usar almohadas

Utilizar colchones duros

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