e. 16/01/2025 N° 2148/25 v. 16/01/2025
(Nota
Infoleg:
Los anexos referenciados en la presente norma han sido extraídos de la
edición web de Boletín Oficial)
PLAN FEDERAL DE PREVENCIÓN DE CIBERDELITOS Y GESTIÓN ESTRATÉGICA DE LA CIBERSEGURIDAD (2025 - 2027)
Introducción
En esta era digital en la cual nos encontramos inmersos, el
ciberespacio se consolidó como una infraestructura esencial para el
desarrollo económico, social y político de las naciones. Desde la
gestión de servicios públicos hasta la operación de infraestructuras
críticas que pasan por la comunicación interpersonal y las
transacciones comerciales, la tecnología y redes digitales son la
columna vertebral de la vida moderna. Sin embargo, este avance
tecnológico también trajo aparejado un aumento exponencial del
ciberdelito y las amenazas cibernéticas.
Las amenazas en el ciberespacio son diversas y sofisticadas, abarcan
desde ataques de ransomware, que paralizan sistemas críticos, hasta
campañas de
phishing que buscan robar información personal y
financiera. Los actores detrás de estas amenazas varían desde
ciberdelincuentes individuales y organizaciones criminales hasta
actores estatales y grupos patrocinados por estados que buscan ventajas
estratégicas y económicas. La naturaleza transnacional del cibercrimen
complica aún más la respuesta y coordinación de esfuerzos, ya que los
ataques pueden originarse desde cualquier lugar del mundo y causar un
impacto global.
Uno de los mayores desafíos en materia de lucha contra la
ciberdelincuencia y ciberseguridad es la rápida evolución de las
técnicas, tácticas y procedimientos de los atacantes. Es por este
motivo que las amenazas se vuelven cada vez más complejas y difíciles
de detectar y los ataques son cada vez más dirigidos y específicos
paraaprovechar vulnerabilidades tanto tecnológicas como humanas.
Además, la proliferación de dispositivos conectados a Internet,
conocidos como el Internet de las Cosas (IoT), amplió enormemente la
superficie de ataque, ofreciendo nuevas oportunidades para los
ciberdelincuentes.
A nivel global, los gobiernos, empresas y organizaciones
internacionales se encuentran redoblando sus esfuerzos para fortalecer
la ciberseguridad. En tal sentido, se encuentran desarrollando y
actualizando marcos normativos, fomentando la cooperación internacional
y promoviendo la colaboración público-privada para crear un
ciberespacio más seguro, tales como el Segundo Protocolo adicional al
Convenio sobre la Ciberdelincuencia, relativo a la cooperación
reforzada y la divulgación de pruebas electrónicas, o las negociaciones
en curso para adoptar una nueva Convención de Naciones Unidad sobre
Ciberdelincuencia. Iniciativas como el Reglamento General de Protección
de Datos (GDPR) en la Unión Europea establecieron nuevos estándares
para la protección de datos y la privacidad, mientras que
organizaciones como la OTAN e INTERPOL se encuentran ampliando
permanentemente sus capacidades para combatir el cibercrimen y proteger
infraestructuras críticas.
La educación y la toma de conciencia también juegan un papel crucial en
la lucha contra la ciberdelincuencia y la ciberseguridad. Las campañas
de concientización pública y la formación continua de profesionales de
TI son esenciales para mitigar el riesgo de ataques cibernéticos. Las
empresas se encuentran invirtiendo en tecnologías avanzadas de
ciberseguridad, como la inteligencia artificial y el machine learning,
para detectar y responder a las amenazas en tiempo real.
Es por este y otros tantos motivos, que tanto la lucha contra el
cibercrimen como el fortalecimiento de la ciberseguridad, deben
constituirse como un asunto de Estado, debido al papel preponderante
que las tecnologías de la información y comunicación tienen en el
desarrollo de nuestras vidas y el complejo entramado de relaciones
socioculturales que nos rodean.
En este contexto, el Plan Federal de Prevención de Ciberdelitos y
Gestión Estratégica de la Ciberseguridad se presenta como una
iniciativa estratégica fundamental para enfrentar los desafíos actuales
y futuros en esos temas, garantizando la protección de los derechos y
libertades individuales en el ciberespacio. Este plan busca coordinar
esfuerzos a nivel federal, mejorar las capacidades de respuesta y
prevención y fomentar una cultura de ciberseguridad entre todos los
actores involucrados.
El éxito en la lucha contra el cibercrimen depende de la colaboración y
el compromiso de múltiples partes interesadas, entre ellas, el sector
público y privado, las instituciones académicas, la sociedad civil y
los usuarios individuales. Sólo a través de un enfoque integral y
coordinado se podrá construir un entorno digital seguro, confiable y
resiliente capaz de soportar las crecientes amenazas del ciberespacio y
proteger a la sociedad en su conjunto.
Estado de situación
En la actualidad, el Ministerio de Seguridad por intermedio de la
Dirección de Ciberdelito y Asuntos Cibernéticos diseña y lleva adelante
la coordinación estratégica de las fuerzas policiales y de seguridad en
materia de lucha contra la ciberdelincuencia, quienes por medio de
diversas áreas se abocan a las tareas de prevención, detección,
investigación y asistencia en caso de ciberdelitos y delitos asistidos
tecnológicamente y brindan soporte a los diferentes requerimientos
judiciales y asistencia a las víctimas. Estas acciones se encuentran
limitadas por diferentes razones, por cuanto para dar acabada respuesta
a la situación planteada se identificaron múltiples aspectos que
requieren un abordaje integral y prioritario, entre los que se
encuentran:
1. Reconocer el ciberdelito y el fortalecimiento de la ciberseguridad
como asuntos de Estado: para diseñar una estrategia integral de lucha
contra la ciberdelincuencia resulta imperioso reconocer el impacto de
este tipo de actividades criminales en nuestra sociedad y su incidencia
en la seguridad nacional. Por tal motivo, su abordaje requiere una
activa articulación de los tres (3) poderes del Estado (ejecutivo,
legislativo y judicial), donde deben participar tanto el nivel central
como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las 23 jurisdicciones
provinciales.
2. Evaluar el grado de madurez en materia de lucha contra la
ciberdelincuencia: a fin de establecer un marco metodológico de lucha
contra el ciberdelito que resulte eficaz y sustentable en el tiempo
resulta necesario realizar una profunda evaluación sobre el estado en
que se encuentra la infraestructura tecnológica, la capacitación del
personal y los procedimientos internos vinculados con esta temática. A
tal efecto, resultará necesario establecer una serie de indicadores y
métricas de desempeño que nos permita medir la eficiencia del esfuerzo
realizado, identificar oportunidades de mejora continua e implementar
acciones de corrección de forma temprana.
3. Fortalecer los recursos humanos y herramientas tecnológicas: así
como los delitos asistidos tecnológicamente mutan y se complejizan a lo
largo del tiempo, el Estado Nacional debe arbitrar los medios
necesarios para promover el fortalecimiento de las capacidades en
materia de investigación y lucha contra el ciberdelito respecto de los
recursos humanos empeñados en estas complejas actividades que fomentan,
sobre todo, el uso de herramientas tecnológicas altamente
especializadas para la obtención y análisis de evidencias almacenadas
electrónicamente, como así también la investigación, desarrollo e
innovación.
4. Fomentar la especialización de los equipos de respuesta: debido al
amplio espectro que abarca la prevención e investigación del
ciberdelito, resulta necesario contar con equipos de respuesta
altamente especializados en diferentes temáticas sobre la base de una
sólida formación técnica profesional y la adopción de metodologías
alineadas con reglas de buena práctica y estándares internacionales.
Del mismo modo, para apuntalar las investigaciones y evacuar los
diferentes requerimientos judiciales, se deberá contar con equipamiento
de vanguardia tanto para el análisis forense digital como para la
correlación de eventos e integración de diferentes fuentes de datos.
5. Adecuar y actualizar la normativa vigente: el ciberdelito como
fenómeno criminal evoluciona permanentemente, esta situación propicia
una profunda evaluación sobre la adecuación y actualización del marco
normativo, como así también considerar la incorporación de herramientas
especiales de investigación, prevención y lucha contra delitos
complejos en el marco de esta temática altamente especializada.
6. Promover una conducta preventiva y proactiva: en este aspecto,
resulta crucial la implementación de campañas de comunicación y
sensibilización que permitan a la población en general mantenerse
alerta sobre los riesgos cibernéticos y prácticas seguras en línea a
fin de reducir la incidencia de este tipo de delitos en la sociedad.
Del mismo modo, los integrantes de las fuerzas federales policiales y
de seguridad deberán contar con las capacidades necesarias para la
detección temprana y prevención de delitos ciberasistidos.
7. Incrementar la cooperación asimétrica: la lucha contra la
ciberdelincuencia requiere que todas las partes interesadas colaboren
activamente, es en este sentido que la cooperación entre el Estado
Nacional, la ciudadanía en general, la academia, las organizaciones de
la sociedad civil y las empresas privadas toma un rol preponderante. A
tal efecto, se desarrollaron diferentes actividades mediante la
conformación de mesas de trabajo especializadas en diferentes temáticas.
8. Ampliar y profundizar la cooperación internacional: debido a la
supraterritorialidad que caracteriza las actividades criminales en el
ciberespacio, la cooperación internacional toma un rol preponderante en
materia de prevención e investigación de los ciberdelitos y amenazas
cibernéticas. Para el desarrollo de esta capacidad, resulta fundamental
incrementar y fortalecer los vínculos entre los Estados mediante los
mecanismos de cooperación existentes y la consignación de acuerdos
específicos de entendimiento entre diferentes agencias con la finalidad
de afrontar este fenómeno delictivo.
Principios rectores
DERECHOS Y LIBERTADES INDIVIDUALES: las acciones en materia de
investigación y lucha contra el ciberdelito contemplaran el respeto por
los derechos y libertades individuales establecidas en la Constitución
Nacional, en los Tratados Internacionales en los que la República
Argentina es parte, leyes nacionales y demás legislación vigente. Este
principio garantiza que las medidas de seguridad no comprometan la
privacidad y las libertades civiles.
CONDUCCION Y LIDERAZGO: el Ministerio de Seguridad de la Nación asume
la conducción y propondrá las tareas a proyectar y articular con los
pares provinciales e internacionales y organismos multinacionales, las
universidades, la sociedad civil y el sector privado;y las acciones de
fortalecimiento de capacidades para la prevención e investigación en
materia de lucha contra la ciberdelincuencia. La coordinación
interinstitucional y la cooperación internacional son claves para
enfrentar los ciberdelitos de manera efectiva y enfrentar amenazas
transnacionales.
PROACTIVIDAD Y PREVENCIÓN INTEGRAL: consiste en la realización de
diferentes actividades que permitan diseñar una estrategia proactiva en
la materia a fin de identificar de forma temprana diferentes
actividades criminales relacionadas con delitos ciberasistidos, como
así también la concientización de aquellas comunidades, grupos y
sectores que puedan ser objeto de maniobras criminales. A tal efecto,
resulta necesario articular estas acciones preventivas de forma
conjunta con organizaciones públicas y privadas, académicas y
organizaciones no gubernamentales para difundir buenas prácticas y
acciones que fomenten una robusta cultura de ciberseguridad.
EFICACIA Y EFICIENCIA: El Ministerio de Seguridad busca que todas las
acciones y medidas implementadas para combatir la ciberdelincuencia
sean efectivas en la prevención, detección, respuesta e investigación
de aquellos incidentes cibernéticos que aquejan a la comunidad e
instituciones en general. En tal sentido, se debe maximizar el uso de
los recursos disponibles tanto humanos como tecnológicos, de manera
óptima y sostenible. Esto incluye la evaluación y medición del impacto,
la innovación y adopción de tecnologías avanzadas, como así también la
capacitación del personal. La colaboración y coordinación entre
múltiples partes interesadas y la gestión de riesgos son esenciales
para maximizar la resiliencia y garantizar la sostenibilidad.
Objetivos
Acorde lo establecido en la Resolución del Ministerio de Seguridad N°
977/2019, y persistiendo la necesidad de llevar a cabo diferentes
acciones en materia de lucha contra la ciberdelincuencia y garantizar
la ciberseguridad de los habitantes de la Nación Argentina, resulta
oportuno desarrollar hasta el año 2027 el Plan Federal cuyo marco
metodológico, diseño e implementación se encuentra alineado con la
"Segunda Estrategia Nacional de Ciberseguridad" aprobada por Resolución
44/2023 de la Secretaría de Innovación Pública de la Jefatura de
Gabinete de Ministros.
Objetivo general
Garantizar, en la medida de lo técnico y jurídicamente posible, el uso
seguro del ciberespacio para protegerp los derechos y garantías
reconocidos en la normativa vigente para los habitantes de la República
Argentina.
Objetivos específicos
1. Coordinación Federal en materia de lucha contra el ciberdelito
a. Realizar un análisis integral del ciberdelito como fenómeno criminal
y su impacto en nuestro país, elaborar y actualizar métricas que
permitan identificar técnicas, tácticas y procedimientos utilizados por
los cibercriminales con la finalidad de diseñar una estrategia
sostenible en el tiempo y efectiva en el marco de la lucha contra esta
modalidad delictiva.
b. Fortalecer la estructura orgánica y funcional del Centro de Sinergia
Cibernética de las fuerzas policiales y de seguridad federales (CS5) a
fin de dar acabada respuesta en materia de prevención e investigación
de delitos asistidos tecnológicamente, como así también análisis
forense digital.
c. Diseñar e implementar una plataforma que permita visibilizar y
categorizar la incidencia de la actividad criminal en materia de
ciberdelitos que será sustentada mediante información provista por las
fuerzas federales, provinciales y autoridades locales competentes
propiciando la conformación de una red nacional de lucha contra la
ciberdelincuencia.
d. Promover la creación de grupos de trabajo especializados en
diferentes temáticas, conformados por profesionales de las fuerzas
policiales y de seguridad federales con la finalidad de aunar criterios
y metodologías sobre la base de su experiencia operativa en materia de
investigación de ciberdelitos alineados con reglas de buenas prácticas
y estándares nacionales e internacionales con amplia injerencia en la
temática.
e. Realizar las coordinaciones pertinentes a fin de promover el
estudio, reporte y mitigación de vulnerabilidades y amenazas
informáticas ante la presencia de usos ilícitos o perjudiciales de las
infraestructuras tecnológicas que gestionenestos incidentes de forma
conjunta con aquellas agencias competentes en la materia.
f. Participar activamente en el Comité de Ciberseguridad para, así,
poner a disposición aquellos recursos humanos y tecnológicos
disponibles para intervenir ante un incidente o vulneración cibernética
que afecte la seguridad publica en el ámbito de la Administración
Pública Nacional.
g. Fomentar el desarrollo de indicadores y métricas de desempeño que
permitan determinar el grado de madurez en materia de lucha contra la
ciberdelincuencia y el fortalecimiento de la seguridad de la
información con la finalidad de la mejora continua y promover una
cultura sostenible en el tiempo respecto de estos ejes temáticos.
2. Fortalecimiento y capacitación altamente especializada
a. Planificar y desarrollar cursos, talleres y ejercicios destinados al
personal de las fuerzas policiales y de seguridad federales que
realicen la integración de los planes anuales de capacitación con el
fin de generar una actualización de sus conocimientos e incrementar sus
capacidades operativas en materia de respuesta y lucha contra la
ciberdelincuencia.
b. Elaborar y actualizar aquellos protocolos específicos sobre técnicas
de prevención e investigación de los delitos ciberasistidos,
preservación y manejo de evidencias digitales, cadena de custodia,
trazabilidad de criptoactivos y análisis forense digital en sus
diferentes especialidades.
c. Incrementar el desarrollo de actividades transversales de formación
en materia de ciberseguridad e investigación del ciberdelito que
incluyan diferentes partes interesadas, entre ellas el sector académico
y la vinculación científica con la finalidad de promover el
fortalecimiento de las capacidades tecnológicas.
d. Realizar un amplio abordaje sobre múltiples tecnologías emergentes,
en especial aquellas cuyo impacto disruptivo en materia de
ciberdelincuencia y ciberseguridad impliquen un desafío desde el punto
de vista investigativo como, por ejemplo, inteligencia artificial,
internet de las cosas y criptoactivos, entre otras.
e. Promocionar e incentivar el interés en materia de la lucha contra el
ciberdelito en jóvenes que estén cursando ciclos lectivos, a través de
disertaciones y talleres prácticos que les permitan medir sus
habilidades técnicas, para generar personal calificado que pueda
desarrollarse en el sector público y privado.
3. Actualización del marco normativo
a. Promover en coordinación con los organismos de competencia
propuestas de actualización del marco jurídico vigente sobre la base
del respeto a las garantías constitucionales y haciendo especial
énfasis en la necesidad de alinear nuestra normativa con aquellos
estándares mínimos adoptados por la comunidad internacional en tenor de
las lecciones aprendidas sobre las nuevas amenazas y actos delictivos
que se desarrollan en el ciberespacio.
b. Fortalecimiento de las normas, estandarización de procesos,
procedimientos y protocolos vinculados a la ciberseguridad y la
investigación del ciberdelito como fenómeno criminal, tratamiento y
manejo de evidencias almacenadas electrónicamente y cadena de custodia,
entre otros.
c. Impulsar y colaborar activamente en el desarrollo e implementación
de políticas, estándares y procedimientos vinculados con la
ciberseguridad de las infraestructuras críticas.
4. Incremento de las capacidades en materia de análisis forense digital
a. Fomentar la capacitación como una de las principales directrices
para incrementar la cantidad de personal especializado en materia de
análisis forense digital.
b. Promover el desarrollo de las capacidades del personal que se
encuentra encargado del manejo y gestión de evidencias almacenadas
electrónicamente distinguiendo, especialmente, los roles y funciones
que deberá cumplir ya sea como primer interviniente en la escena del
crimen o bien como experto en análisis de evidencias digitales.
c. Coordinar la integración de los planes anuales de capacitación de
las fuerzas federales de seguridad en materia de análisis forense
digital mediante el diseño de programas educativos que permitan brindar
certificaciones en materia de análisis forense digital en diferentes
temáticas y niveles de especialización.
d. Gestionar los activos informáticos empleados en las diferentes
actividades y tareas que demanda el análisis forense digital con la
finalidad de proponer una estrategia eficiente de crecimiento y
fortalecimiento de las capacidades tecnológicas.
e. Diseñar indicadores y métricas de desempeño que permitan evaluar el
tipo y cantidad de intervenciones en materia de análisis forense
digital que categoricen estas actividades según la naturaleza de los
dispositivos analizados y los resultados obtenidos, todo ello con la
finalidad de la mejora continua y una gestión eficiente de los recursos
humanos y materiales empeñados.
5. Cooperación Internacional
a. Ampliar el desarrollo de acuerdos a nivel regional e internacional
que incrementen la colaboración, de acuerdo a la normativa vigente, con
naciones y organizaciones internacionales cuyo esfuerzo se encuentre
abocado a la prevención, respuesta e investigación en materia de
ciberdelitos.
b. Fortalecer la presencia y la participación nacional e internacional
en entrenamientos, talleres y ejercicios vinculados con el ciberdelito
como fenómeno criminal y la gestión de incidentes de seguridad.
c. Posicionar a nuestro país como referente en materia de lucha contra
la ciberdelincuencia y desarrollo de políticas de ciberseguridad que
promuevan la cooperación internacional como eje principal de este nuevo
paradigma.
6. Protección de la niñez
a. Incrementar las alianzas y esfuerzos para la detección e
investigación de los delitos cometidos por medio de las tecnologías de
la comunicación e información, en particular, aquellos dirigidos contra
la infancia e integridad sexual de las niñas, niños y adolescentes.
b. Sensibilizar a la sociedad mediante contenidos orientativos para la
detección y denuncia contra aquellos adultos que acosen a través de
redes sociales u otro canal informático a menores, como así también
aquellos que almacenen, compartan o distribuyan contenido de abuso
sexual infantil.
c. Fortalecer las capacidades de respuesta y asistencia a la víctima en
este tipo de delitos, mediante la permanente actualización de la
infraestructura técnico-operativa de aquellas áreas de las fuerzas
federales de seguridad que posean injerencia alguna en la materia.
7. Acciones de concientización y prevención del ciberdelito
a. Diseñar diferentes capacitaciones, piezas comunicativas y material
destinado a sensibilizar a los diferentes sectores y a la comunidad en
general con el fin de que conozcan los riegos que acarrean las nuevas
tecnologías y cómo prevenirse ante la posibilidad de ser víctimas de
los cibercriminales.
b. Difundir información acerca de cómo proceder en caso de ser víctimas
de un delito ciberasistido y cómo realizar la denuncia correspondiente
según el tipo de delito de que se trate y que promueva la utilización
de la línea 134 como principal forma de asistencia.
c. Fortalecer el esfuerzo en materia de prevención de delitos asistidos
tecnológicamente que se desarrollan en el ciberespacio mediante el
diseño de lineamientos estratégicos que permitan adoptar una actitud
proactiva por parte de las fuerzas federales de seguridad.
d. Promover el desarrollo de iniciativas de manera conjunta con
aquellos organismos correspondientes a fin de evaluar la implementación
de la ciudadanía digital.
8. Cooperación Multisectorial
a. Incrementar la colaboración Público-Privada haciendo hincapié en el
sector financiero, como así también los proveedores de servicios y
empresas vinculadas con las tecnologías de la información y las
comunicaciones.
b. Establecer como prioritario el nexo con los proveedores de servicios
de activos virtuales en atención a la preponderancia que este tipo de
tecnología posee a nivel global.
c. Promover la colaboración con diferentes sociedades civiles e instituciones educativas.
d. Fomentar y potenciar las capacidades tecnológicas en materia de
investigación, desarrollo e innovación con la finalidad de incrementar
las capacidades en materia de análisis forense digital.

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