ANEXO I
LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS EN INNOVACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA (2025-2027)
1. INTRODUCCIÓN
El presente documento denominado Lineamientos Estratégicos en
Innovación, Ciencia y Tecnología (2025-2027), tiene por finalidad guiar
la implementación del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación
2030 (PNCTI2030) aprobado por consenso por el Congreso Nacional
mediante la Ley 27.738 en el año 2023, en tanto sostiene una dinámica
de mejoramiento continuo basada en el pluralismo de actores y enfoques,
en el aprendizaje derivado de su implementación, y en la necesidad de
atención a nuevas cuestiones emergentes.
Como estrategia nacional para el desarrollo del sector de CTI, el
PNCTI2030 se orienta al crecimiento y diversificación de capacidades
institucionales, organizacionales y de gestión estratégica, así como a
su enraizamiento en las actividades de desarrollo productivo. Estos
objetivos suponen el fortalecimiento de las capacidades científicas y
tecnológicas (recursos humanos, equipamiento, infraestructura) y su
orientación hacia la atención de aquellas soluciones identificadas como
estratégicas para nuestro país, ofreciendo respuestas a demandas
productivas e incentivando la asociatividad público-privada, la
transferencia tecnológica y la inversión empresarial en investigación,
desarrollo e innovación (I+D+i).
Con el propósito de generar avances concretos que permitan la
implementación de los objetivos y estrategias que el PNCTI2030 expresa,
este documento define sectores prioritarios, acciones estratégicas de
intervención y ejes de gestión que permitirán alcanzar los objetivos
establecidos.
En ese sentido, los lineamientos aquí definidos funcionan como un mapa
de prioridades estratégicas que guían la asignación eficiente de los
recursos humanos, financieros y materiales del Sistema Nacional de
Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI), así como el diseño de
herramientas y mecanismos de implementación en materia de CTI en el
periodo 2025-2027. Asimismo, este documento define las principales
acciones previstas para el corto y mediano plazo, con el objetivo de
iniciar la instrumentación del PNCTI2030.
En términos contextuales, estos lineamientos se despliegan en un
escenario global que atraviesa por transformaciones ágiles y
sustantivas. Entre ellas, se destacan las convergencias disruptivas de
las nuevas tecnologías —en el ámbito biológico, electrónico y de la
innovación digital—, el acelerado crecimiento poblacional en las
principales economías en desarrollo, la creciente demanda energética
tanto en términos del consumo interno como en el comercio
internacional, y las modificaciones en la composición y orientación de
los flujos comerciales, financieros y tecnológicos.
Este panorama resalta la necesidad de contar con una capacidad continua
de adaptación y con mecanismos que orienten la investigación científica
y tecnológica hacia aquellos sectores capaces de dinamizar el
desarrollo productivo aportando soluciones innovadoras.
En el plano nacional, Argentina atraviesa un proceso de estabilización
macroeconómica cuya perspectiva de mejoramiento corresponde a un
conjunto de políticas y acciones orientadas a su recuperación,
asegurando la transparencia y la eficiencia en la gestión de los
recursos públicos. En este contexto, los desafíos y oportunidades para
la política pública consisten en administrar los recursos de manera
eficiente, desarrollando una visión estratégica y transformadora que
permita resolver vulnerabilidades internas al tiempo de responder a los
desafíos globales.
En ese sentido, se prevé que la producción de conocimiento científico
debe alinearse con las necesidades del contexto, promover la
colaboración con el sector privado y generar beneficios recíprocos
entre el sistema científico nacional y el entramado productivo,
contribuyendo así a dar respuestas concretas a los desafíos del país.
Estas premisas definen el nuevo enfoque de política que orienta al
SNCTI, con el objetivo de generar un impacto económico y productivo
tangible.
De manera fundamental, este documento sienta las condiciones para
orientar al SNCTI hacia las necesidades del sector productivo, con
miras a generar sinergia entre las capacidades y recursos
científico-tecnológicos nacionales y las capacidades empresariales de
innovación.
La importancia de generar esta sinergia se fundamenta en el hecho de
que el conocimiento y las nuevas tecnologías son, a la par del capital
y el trabajo, un factor clave para el crecimiento económico. Así, dado
que las sociedades transitan hacia modelos económicos que se basan cada
vez más en el conocimiento, la tecnología es un insumo elemental para
la transformación de las distintas cadenas de valor.
La decisión de orientar las políticas, instrumentos de promoción y
capacidades del SNCTI hacia el desarrollo productivo y la creación de
riqueza requiere del establecimiento de directrices que traccionen el
PNCTI2030 y guíen las acciones, recursos y actividades de la ciencia y
la tecnología en nuestro país.
En función de ello, los lineamientos en materia de CTI buscan
reorientar y armonizar los mecanismos de incentivos y promoción, tanto
a nivel individual como institucional, con el fin de que las
actividades vinculadas a la transferencia de conocimiento y tecnologías
hacia el desarrollo productivo integren a investigadores, equipos de
trabajo y organizaciones que desarrollan actividades
científico-tecnológicas.
Como resultado de este enfoque, el sector privado y emprendedor contará
con vías más ágiles y eficaces para poder realizar intercambios con el
sistema público de ciencia y tecnología.
En el actual contexto, las actividades de vinculación y la
transferencia de tecnología son cruciales para que el conocimiento
generado en laboratorios y centros de investigación encuentre
aplicación efectiva en sectores socio-productivos. Esto se logra cuando
la ciencia y la tecnología brindan respuestas a problemáticas
específicas, así como cuando dan lugar a la creación de empresas de
base científica y tecnológica (EBCTs) que se suman a los distintos
entramados productivos y contribuyen a dinamizar los sectores
estratégicos de la economía.
Bajo esas consideraciones y en virtud de la naturaleza flexible e
iterativa propia del PNCTI2030, se ha seleccionado dentro del marco de
los desafíos nacionales por él establecidos, las áreas consideradas
estratégicas. Hacia estas áreas económicas se enfocará la promoción de
la ciencia y la tecnología.
De igual modo, de manera coherente con lo planteado en el PNCTI2030,
los lineamientos para su implementación adoptan un enfoque de Políticas
Orientadas por Misiones (POM), que tiene por objetivo facilitar el
abordaje transversal y coordinado de recursos, actores y estrategias
hacia objetivos específicamente fijados.
Para lograr esto, se propende a la movilización y dirección de los
recursos y capacidades del sector científico tecnológico hacia ámbitos
de intervención estratégicos dentro de los sectores económicos
identificados, desplegando los incentivos necesarios para que los
diferentes campos del conocimiento científico-tecnológico generen
soluciones e innovaciones enfocadas en el desarrollo productivo de los
mismos.
Esta propuesta no condiciona el campo de la investigación, sino que
establece un marco de orientación que permite alinear capacidades
diversas hacia objetivos comunes, potenciando el aporte de la ciencia
al crecimiento económico y al bienestar de la sociedad argentina y
pretende ser un principio rector para la asignación eficiente de los
recursos, la vinculación institucional, la promoción y evaluación de
proyectos de I+D+i en el marco del PNCTI2030.
En cuanto a su estructura, este documento presenta, en primer lugar,
los sectores/áreas económicas estratégicas que serán promovidos en el
próximo período: Agroindustria, Energía y Minería, Economía del
Conocimiento e Innovación y Salud. Estas cuatro verticales constituyen
los pilares sobre los cuales se orientará la política nacional de
innovación, ciencia y tecnología, en tanto representan sectores de alto
impacto económico y social, con capacidad de generar empleo calificado,
incrementar las exportaciones con valor agregado y fortalecer la
competitividad internacional del país. Además, articulan con cadenas de
valor consolidadas y en expansión, con potencial de diversificación
productiva y de integración territorial.
Seguidamente, se identifican las tecnologías transversales de alto
impacto sobre las cuales se apoyará el desarrollo de dichos sectores:
Inteligencia Artificial (IA), Biotecnología y Nanotecnología,
Tecnología Espacial y Satelital y Tecnologías de la Información y la
Comunicación. Estas tecnologías, de carácter habilitante y convergente,
constituyen los vectores principales de modernización del aparato
productivo. Su desarrollo integrado potencia la productividad nacional
y mejora la eficiencia en el uso de los recursos, favoreciendo la
complementariedad de las acciones y una visión integrada del SNCTI.
Asimismo, desde una mirada integral y multidisciplinaria, los
lineamientos contemplan en su alcance las cuatro grandes áreas de
conocimiento que estructuran la investigación en el sistema científico
argentino: Ciencias Agrarias, de Ingeniería y de Materiales; Ciencias
Biológicas y de la Salud; Ciencias Exactas y Naturales; y Ciencias
Sociales y Humanidades. De este modo, se consolida un enfoque de
política científica que reconoce el valor de la diversidad de campos
del conocimiento y su potencial de sinergia, asegurando que todas las
disciplinas contribuyan activamente al fortalecimiento de un modelo de
desarrollo nacional basado en el conocimiento, la innovación y el
progreso científico-tecnológico.
Finalmente, se definen los ejes de gestión para la implementación del
PNCTI 2030, orientados a dinamizar la transferencia tecnológica,
estimular la inversión privada en I+D+i, consolidar las capacidades
nacionales y regionales, y priorizar las áreas estratégicas de
formación y desarrollo científico-tecnológico. De manera
complementaria, se propone avanzar hacia una mayor articulación
internacional, con el objetivo de proyectar el país de manera
inteligente y soberana en las cadenas globales basadas en el
conocimiento.
2. FOCALIZACIÓN EN SECTORES/ÁREAS ECONÓMICAS Y TECNOLOGÍAS HABILITANTES.
La actual conformación del mapa de actividades económicas y productivas
en nuestro país, su localización, el sustrato tecnológico sobre el que
se asientan y su inserción en las corrientes del comercio mundial, dan
como resultado una estructura de matriz productiva que requiere una
redefinición de las políticas científico-tecnológicas para su
optimización y desarrollo, orientando y profundizando sobre ciertas
áreas que requieren mayor densidad tecnológica y competitividad. En ese
sentido, la matriz sector-tecnología-conocimiento se concibe como la
innovación metodológica central.
A esos efectos, se identificaron áreas productivas estratégicas y
tecnologías que deben ser transversales al sistema industrial y
productivo, a partir de una visión que contempla las necesidades del
contexto y el momento de transformación que atraviesa el Estado
argentino.
La selección de las áreas económicas y tecnologías se sustenta en
criterios objetivos que consideran su aporte actual y potencial al
desarrollo económico, la competitividad internacional y la capacidad de
dinamizar cadenas de valor. Ello responde, principalmente, a la
necesidad de orientar la política pública hacia sectores con mayor
impacto en la economía nacional y en la mejora de la calidad de vida de
la población.
Asimismo, dicha selección considera la caracterización del escenario
global y la identificación de oportunidades que dicho escenario
presenta para nuestro país. Por ello, se incluyen aquellos segmentos de
producción de bienes y servicios intensivos en ciencia y tecnología
donde el país encuentre estas oportunidades de desarrollo, en función
del conjunto de capacidades y tramas productivas existentes.
Es así que, en el período 2025-2027 de implementación de la estrategia
en materia de innovación, ciencia y tecnología, se estipula promover,
de manera prioritaria, los siguientes sectores/áreas económicas:
• Agroindustria;
• Energía y Minería;
• Economía del Conocimiento e Innovación;
• Salud.
Estas verticales estratégicas no sólo representan sectores con un peso
significativo en la estructura productiva nacional, sino también áreas
con proyección de expansión y alto contenido de conocimiento, capaces
de integrar innovación, desarrollo tecnológico y sostenibilidad. Su
selección responde a la necesidad de focalizar esfuerzos y recursos en
ámbitos donde la ciencia y la tecnología pueden actuar como verdaderos
motores del desarrollo.
De forma complementaria, las tecnologías transversales priorizadas
actúan como potenciadoras de estas verticales estratégicas, así como de
otras áreas del sistema productivo y científico. Estas tecnologías
representan ejes clave para fortalecer la capacidad innovadora
nacional, facilitar la integración tecnológica y promover sinergias
multisectoriales, con un enfoque pragmático orientado a generar
resultados tangibles y escalables. Éstas son:
• Inteligencia Artificial;
• Biotecnología y Nanotecnología;
• Tecnología Espacial y Satelital;
• Tecnologías de la Información y la Comunicación.
Asimismo, corresponde asegurar que la promoción del desarrollo
científico y tecnológico se mantenga alineada con el progreso de las
tecnologías emergentes, garantizando beneficios y oportunidades para
toda la ciudadanía.
Es importante señalar que los sectores productivos y las tecnologías
transversales aquí definidos constituyen focos estratégicos de
intervención. No obstante, dicha selección no es exhaustiva ni pretende
abarcar la totalidad de las áreas que conforman el ecosistema nacional
de ciencia, tecnología e innovación, el cual se reconoce como diverso,
dinámico y en permanente evolución.
En ese sentido, desde la política nacional se promueve la convergencia
de conocimientos y tecnologías provenientes de instituciones públicas y
privadas, centros de investigación y universidades, así como de los
organismos de ciencia y tecnología que integran el SNCTI. Este enfoque
pone especial énfasis en la vinculación y la transferencia tecnológica
hacia el sector productivo, con el propósito de fortalecer la
articulación entre la generación de conocimiento y su aplicación
práctica.
Así, se impulsa un enfoque integral y multidisciplinar que contempla
las contribuciones de las cuatro grandes áreas de producción de
conocimiento:
• Ciencias Agrarias, de Ingeniería y de Materiales;
• Ciencias Biológicas y de la Salud;
• Ciencias Exactas y Naturales; y
• Ciencias Sociales y Humanidades.
Estos lineamientos, constituyen la hoja de ruta que permitirá a la
Argentina consolidar un camino para el desarrollo productivo basado en
la ciencia, la tecnología y la innovación.
En este marco, se asume que el desarrollo económico, social y
productivo de la Argentina requiere de la integración de todas las
ramas de la ciencia, sin excepción. Es por ello que, los sectores
estratégicos (Agroindustria; Energía y Minería; Economía del
Conocimiento e Innovación; Salud) y tecnologías transversales de alto
impacto (Inteligencia Artificial; Biotecnología y Nanotecnología;
Tecnología Espacial y Satelital; Tecnologías de la Información y la
Comunicación) identificados no se conciben como campos excluyentes,
sino como ejes orientadores para la acción.
Al priorizar sectores estratégicos y tecnologías transversales, y al
mismo tiempo garantizar la inclusión de todas las áreas del
conocimiento en torno a estos ejes, el esquema de prioridades asegura
que la inversión pública y privada en investigación y desarrollo se
traduzca en:
• generación de empleo de calidad;
• diversificación y sofisticación de la matriz productiva;
• aumento de las exportaciones con valor agregado;
• impacto social positivo y desarrollo federal.
A continuación, se ofrece para cada sector/área económica y tecnología
transversal un diagnóstico inicial, que sintetiza sus características,
desafíos y oportunidades, y una justificación estratégica que explica
los criterios que fundamentan su priorización.
2.1 Agroindustria
Se entiende por Agroindustria al conjunto de actividades económicas
vinculadas a la producción primaria y su transformación, constituyendo
un eje clave para el desarrollo productivo y territorial. Entre sus
principales subsectores incluyen el agrícola, abarcando cultivos
extensivos e intensivos; el ganadero, centrado en la producción bovina,
porcina, avícola y ovina; el pesquero, que incluye la captura y el
cultivo acuícola; y el forestal, enfocado en la explotación sostenible
de bosques y la industrialización de sus derivados. A su vez, existen
componentes transversales, como la provisión de maquinaria, tecnología,
insumos y servicios especializados, que articulan y potencian la
competitividad de toda la cadena agroindustrial.
Actualmente, las economías agroindustriales constituyen un pilar
central para el desarrollo del país debido a sus efectos
multiplicadores en la producción y el empleo, su vinculación con los
recursos renovables, su extensa presencia territorial, sus capacidades
científico-tecnológicas y su impacto social.
En cuanto a la participación del sector en el comercio mundial,
Argentina se encuentra entre los diez países con mayor exportación de
productos del sector agroindustrial a nivel global y se consolida como
líder mundial en la exportación de harina y aceites de soja.
Actualmente, diez complejos productivos lideran el comercio exterior
agroindustrial concentrando el 87% del valor total exportado: soja,
maíz, trigo, bovinos, pesca y acuicultura, cebada, girasol, maní,
lácteos y productos vitivinícolas. Este grupo de sectores refleja la
diversidad de los productos ofertados representando a todas las
regiones del país. Asimismo, las exportaciones de las manufacturas de
origen agropecuario representan un alto porcentaje de las exportaciones
totales del país.
En lo que refiere al aprovechamiento de los bienes del Mar Argentino,
su vasta zona económica exclusiva concentra una elevada diversidad de
recursos pesqueros, energéticos, biológicos y minerales. Es por ello
que constituye un espacio clave para la investigación científica, la
generación de conocimiento, particularmente en el campo de las Ciencias
del Mar.
Asimismo, Argentina cuenta con un régimen federal de pesca que adjudica
un papel relevante a la información científica en la toma de decisiones
relativas a la conservación y administración de los recursos marinos,
consolidando un enfoque basado en evidencia para su administración y
aprovechamiento responsable.
En las últimas dos décadas, la Agroindustria ha dado un salto de
calidad en el aprovechamiento de recursos, procesos y principios
biológicos para producir alimentos, energía, nuevos productos y
servicios de manera eficiente y sostenible. De ese modo, adquirió un
creciente protagonismo para impulsar procesos de crecimiento económico
sostenibles.
El modelo agroindustrial actual tiene como premisas la valorización de
los recursos biológicos en base a la aplicación intensiva de nuevos
conocimientos científico-tecnológicos, principalmente la biotecnología,
pero también la biología, la química, la nanotecnología, varias
ingenierías y las tecnologías digitales.
Bajo esas consideraciones, se comprende que las herramientas de
política en materia de CTI deben propender a que Argentina continúe
fortaleciendo su liderazgo como productor de alimentos y de otros
productos derivados de la agricultura, donde la ciencia y la innovación
son indispensables para agregar valor en esta área. Esto representa un
doble desafío; por un lado, el reto radica en mejorar la oferta -tanto
en términos cualitativos como cuantitativos- para aprovechar las
tendencias de consumo global y el crecimiento continuo del comercio
internacional. Por otro lado, el desafío consiste en materializar los
beneficios en impactos verificables de productividad, innovación
tecnológica y sostenibilidad.
En un contexto de transición hacia un nuevo paradigma de producción, en
particular la focalización en el desarrollo de bioinsumos, bioproductos
y biomateriales se propone impulsar agendas de investigación y
desarrollo, así como procesos de aprendizaje, escalamiento tecnológico
e innovación tendientes a mejorar el desempeño tecno-productivo.
En ese camino, la innovación y el conocimiento impulsan la
diversificación productiva y el fortalecimiento de servicios y
proveedores, en estrecha articulación con las economías regionales,
para potenciar el valor agregado en origen y consolidar un enfoque
federal del desarrollo científico y tecnológico.
Para este sector/área económica promovida se establecen cuatro misiones con sus respectivas estrategias específicas:
Misión 1: Producción de alimentos más competitiva.
• Productividad, sostenibilidad y diversificación de alimentos con calidad, mayor valor energético e inocuidad.
• Diversificación de la oferta y producción de nuevos alimentos.
Misión 2: Desarrollo de bioinsumos, bioproductos y biomateriales.
• Consolidación de esquemas productivos de segunda y tercera generación.
Misión 3: Planificación estratégica en el uso del agua en procesos productivos.
• Planificación estratégica de recursos hídricos.
Misión 4: Aprovechamiento de los bienes del Mar Argentino.
• Investigación y desarrollo aplicado a la actividad económica marítima.
2.2 Energía y Minería
Argentina dispone de grandes ventajas en el ámbito energético gracias a
su amplia matriz de fuentes renovables y no renovables, a lo que se
añaden los avances tecnológicos que favorecen un consumo cada vez más
eficiente.
Entre los recursos más relevantes de la Argentina se encuentra Vaca
Muerta, una de las formaciones geológicas más importantes del mundo en
términos de hidrocarburos no convencionales, lo que abre la posibilidad
de proyectar este sector como uno de los motores de la economía
nacional en los próximos años.
Asimismo, la existencia en nuestro país de abundantes recursos
biomásicos, hidroeléctricos, marinos, solares y eólicos constituye un
enorme potencial para impulsar un desarrollo territorial ambicioso,
tanto en materia de generación energética de base como en la
consolidación de especializaciones tecnológicas regionales.
Adicionalmente, el país posee abundantes recursos litíferos, así como
un importante número de yacimientos de uranio, cobre, tierras raras,
oro, plata zinc, plomo, níquel y otros minerales estratégicos, que
hacen posible el desarrollo de insumos esenciales para la industria y
la tecnología, así como la generación de segmentos productivos con alto
valor agregado, y la generación de cadenas de valor asociadas.
En virtud de estas condiciones, y ante la creciente demanda energética
mundial, la Argentina se encuentra en condiciones de posicionarse como
un exportador relevante de energía y minerales críticos.
En esa línea, las actividades de I+D+i desempeñan un papel central en
la construcción de capacidades, en la transformación de los usos
finales de la energía y en la mejora de su eficiencia.
En paralelo, la implementación del Plan Nuclear Argentino (PNA),
actualmente en curso, prevé un proceso de avance por fases que
comprende el desarrollo de un reactor modular pequeño (SMR, por sus
siglas en inglés), la construcción de una nueva planta de energía
nuclear para sumar al complejo ya existente (en un trabajo coordinado
entre organismos clave del SNCTI y el sector privado), la explotación
minera de yacimientos de uranio y su posterior tratamiento. Una vez
generadas las condiciones propicias, se podrá atender la demanda de
energía para la instalación de centros de procesamiento de datos.
En virtud de lo expuesto, el sector energético y minero se consolida
como un eje estratégico del desarrollo argentino, dada su relevancia
económica y su potencial para impulsar innovaciones
científico-tecnológicas de alto impacto, así como la generación de
clústeres regionales de innovación. Esta conjunción entre la
disponibilidad de recursos energéticos y minerales, las capacidades
tecnológicas nacionales y su distribución territorial diversa
constituye una ventaja competitiva para el país.
Desde esa óptica, la existencia de trayectorias tecnológicas como el
almacenamiento de energía en baterías, en producción y uso de hidrógeno
y tecnologías eólica, nuclear, hidroeléctrica, solar y térmica, entre
otras, plantea la necesidad de organizar una hoja de ruta capaz de
responder a la naturaleza sistémica del sector energético.
En este panorama, las actividades de I+D+i pueden cumplir un papel
crucial asumiendo como guías las misiones definidas por el desarrollo
de capacidades, las transformaciones en los usos finales de la energía
y las mejoras de eficiencia.
Para este sector/área económica promovida se establecen cinco misiones con sus respectivas estrategias específicas:
Misión 1: Uso eficiente de la energía.
• Desarrollo de tecnologías para un mejor uso energético en viviendas, instalaciones y fábricas.
• Innovación en gestión energética para aumentar la eficiencia.
Misión 2: Minerales y materiales esenciales para componentes electrónicos.
• Identificación y evaluación de yacimientos y optimización de procesos de extracción, beneficio y procesamiento.
• Aprovechamiento del potencial de minerales como el litio, cobre, oro y tierras raras, con valor agregado.
• Innovación en cadena de valor upstream y downstream.
Misión 3: I+D+i en energía nuclear.
• I+D+i en tecnologías asociadas a reactores de mediana y alta potencia y experimentales.
Misión 4: I+D+i para generación y aprovechamiento de energías alternativas.
• Desarrollo de energías alternativas (hidroeléctricas, eólicas,
hidrógeno verde, biocombustible y otros). Misión 5: Desarrollo de
paquetes tecnológicos e infraestructura.
• Diseño de infraestructura (smart grids) para la gestión de sistemas energéticos.
• Desarrollo de paquetes tecnológicos integrados.
2.3 Economía del Conocimiento e Innovación
La Economía del Conocimiento representa uno de los sectores de mayor
dinamismo de la Argentina y constituye una de las principales fuentes
de exportaciones de servicios basados en conocimiento (SBC) en América
Latina. Incluye actividades como software y servicios informáticos,
biotecnología, nanotecnología, audiovisual y videojuegos, servicios
profesionales intensivos en conocimiento, robótica e industria 4.0.
Este sector se caracteriza por el uso intensivo de tecnologías de
avanzada y por la centralidad del capital humano altamente calificado,
lo que permite generar valor, transformar las ramas tradicionales de la
producción y crear nuevos negocios en entornos digitales.
En la Argentina, la industria de la Economía del Conocimiento se
encuentra en pleno auge, con un número de empresas dinámicas
equiparable al de los sectores del comercio y la industria combinados.
Estas empresas generan empleo de calidad con salarios superiores al
promedio nacional. El año 2024 marcó un récord en exportaciones de
servicios basados en conocimiento, ubicando al sector como el tercero
en generación de divisas, detrás de los complejos agroexportadores y
del sector energético-petroquímico.
Asimismo, Argentina se posiciona como uno de los principales polos
regionales en la creación de empresas “unicornio” (startups de origen
tecnológico que alcanzan una valoración de mercado por sobre los 1.000
millones de dólares estadounidenses), consolidando un ecosistema que
integra startups tecnológicas, universidades, centros de I+D, polos
tecnológicos e incubadoras.
Esta rama productiva alienta a que las materias primas se transformen
en bienes y servicios que tienen sus raíces en ecosistemas virtuosos.
La oportunidad reside en que la Economía del Conocimiento traiga
aparejada una transformación económica apoyada en la innovación, la
tecnología y el capital humano o talento local. En este marco, destacan
ámbitos de especial dinamismo:
• Ciberseguridad y ciberdefensa, esenciales para garantizar la
integridad y la protección de datos, con la criptografía y la
tecnología blockchain como ejemplos paradigmáticos.
• DeepTech o tecnologías de frontera, como la computación cuántica, la
biología sintética y la fotónica, entre otras con importante potencial
sustentado sobre los avances tecnológicos que buscan generar soluciones
disruptivas de alto valor agregado. En particular, la computación
cuántica se prioriza como un campo estratégico con aplicaciones
potenciales en las verticales estratégicas como la simulación de
materiales, el descubrimiento de fármacos, la optimización de procesos
agrícolas o la seguridad digital.
• Tecnologías emergentes, como los wearables y las neurotecnologías,
potenciadas por la Inteligencia Artificial, con aplicaciones en salud,
educación, seguridad laboral y bienestar social.
En cuanto a su rol estratégico, se trata de un sector que se
caracteriza por startups y empresas que basan sus soluciones en
descubrimientos científicos o innovaciones significativas, abordando
grandes desafíos técnicos que contribuyen a la creación de puestos de
trabajo altamente calificados. Hoy en día el no contar con habilidades
básicas y manejo de herramientas digitales se transforma en una barrera
de entrada al mercado laboral y en menor competitividad para las
organizaciones y empresas que no acceden a ellas.
Se valora particularmente el potencial de este sector para consolidar a
Argentina como proveedor regional y global de tecnología y servicios de
alto valor agregado, con un fuerte potencial de federalización gracias
al surgimiento de clusters científicos-tecnológicos en diversas
localidades del interior del país.
La innovación en este sector no solo potencia la competitividad
internacional, sino que también promueve la diversificación productiva,
la inclusión digital y el fortalecimiento de las capacidades federales.
Es por ello que se comprende como un sector transversal y motor de
innovación para el resto de los sectores productivos.
Para este sector/área económica promovida se identifican cinco misiones con sus respectivas estrategias específicas:
Misión 1: Industria informática para la innovación productiva y la transformación digital.
• Fortalecimiento del servicio de software.
• Desarrollo en ciberseguridad y ciberdefensa.
• Transformación digital de las empresas y sectores estratégicos.
Misión 2: Expansión de los servicios basados en conocimiento.
• Incremento de las exportaciones de software, biotecnología, servicios digitales y creativos.
• Reconocimiento de estándares y certificaciones.
• Promoción y fomento de la producción de bienes y servicios basados en el conocimiento para la generación de empleo formal.
Misión 3: Innovación tecnológica y tecnologías emergentes.
Infraestructura y capacidades tecnológicas como incubadoras y aceleradoras en todas las regiones.
• I+D+i en computación cuántica para la generación de capacidades de frontera.
Misión 4: Infraestructura digital, redes y conectividad.
• Redes digitales y de telecomunicaciones como habilitadores de la
economía digital, software, IA, servicios basados en conocimiento.
• Redes de comunicación seguras y eficientes.
Misión 5: Reducción de la brecha digital.
• Formación de capital humano altamente calificado y alfabetización digital.
2.4 Salud
El sector salud en la Argentina constituye un ámbito sólido y de larga
trayectoria, desde el cual se han consolidado capacidades científicas y
tecnológicas de alto nivel, aptas para el abordaje público-privado de
la generación de conocimientos y tecnologías.
Se trata de un campo con reconocido desarrollo histórico, que ha dado
lugar a importantes avances en investigación biomédica y sanitaria, y
que cuenta con el prestigio de tres Premios Nobel vinculados a la
medicina y la química.
La Argentina posee una tradición biomédica reconocida
internacionalmente y un elevado nivel académico, junto con una
industria farmacéutica en continua expansión que orienta su crecimiento
hacia patrones productivos más innovadores, incorporando los logros de
las tecnologías avanzadas. Este sector concentra, además, los más altos
niveles de inversión en I+D.
El sistema científico-tecnológico nacional ha logrado avances
significativos en biotecnología, producción de medicamentos y vacunas,
bioingeniería y telemedicina. La comunidad científica y tecnológica
argentina es reconocida por su capacidad para dar respuesta a
problemáticas complejas, llevando adelante investigaciones de
vanguardia en áreas como la biomedicina, la genómica, la biotecnología
y la bioinformática.
Según datos de la Encuesta sobre I+D del Sector Empresario Argentino
(ESID) que realiza la Dirección Nacional de Información Científica, en
la última década se registró una importante expansión de las
actividades de investigación clínica. Esto ha dado lugar a la
instalación en el país de diversas empresas o instituciones que ofrecen
servicios de gestión de investigación clínica al sector farmacéutico
(CRO). Las CRO articulan con centros de investigación, instituciones
médicas, hospitales, clínicas, fundaciones u otros actores, los cuales
llevan adelante las investigaciones. A diferencia del segmento de
laboratorios, este conjunto de firmas es liderado por filiales de
empresas multinacionales.
La relevancia estratégica del sector salud radica en su alto valor
agregado y en su potencial para expandirse hacia segmentos
internacionales de alta especialización tecnológica, en los que la
Argentina puede posicionarse como referente regional. Asimismo, el
sector se afirma como un espacio clave de articulación, orientado al
fortalecimiento del bienestar social y al desarrollo con enfoque
federal.
Por otro lado, este enfoque abarca la salud humana y animal,
reconociendo su interdependencia y la necesidad de abordajes integrales
para la prevención, el control y la gestión de enfermedades.
En el panorama actual, la salud digital es un paradigma que ofrece
renovados métodos de diagnósticos, tratamientos y cuidados tales como
la medicina de precisión, la robótica, la ciencia de datos, la
telemedicina y los medicamentos digitales. Al mismo tiempo, existen
sistemas computacionales que permiten analizar grandes volúmenes de
datos. En ese sentido, se trata de consolidar su potencial en materia
de innovación en biotecnología, telemedicina, plataformas digitales y
dispositivos médicos. Así, se pone en valor el desarrollo productivo de
la industria farmacéutica, de insumos y equipamiento médico ante la
posibilidad de posicionar a la Argentina como referente regional en
investigación biomédica y producción de medicamentos.
Para este sector/área económica priorizada se identifican cuatro misiones con sus respectivas estrategias específicas:
Misión 1: Prevención, control y eliminación de enfermedades infecciosas.
• Investigación y desarrollo de nuevos medicamentos y vacunas.
• Vigilancia epidemiológica y tratamiento de nuevas zoonosis.
• Tecnologías para la evaluación del impacto de variables
ambientales y de contaminación en la emergencia o reemergencia de
enfermedades infecciosas.
Misión 2: Disminución de la morbimortalidad asociada a enfermedades crónicas, complejas y multigenéticas.
• Desarrollo y fortalecimiento de plataformas biológicas para nuevos tratamientos.
• Prevención y tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.
• Tecnologías para diagnóstico temprano de enfermedades con alta tasa de mortalidad.
• Tecnologías para el tratamiento de cáncer y enfermedades autoinmunes.
• Desarrollo de ensayos clínicos.
• Tecnologías de soporte informático para telemonitoreo, telemedicina y
tratamientos en personas con padecimientos de enfermedades crónicas no
transmisibles.
• Investigaciones en salud mental, neurociencia, biomarcadores, terapias innovadoras y estrategias de prevención.
Misión 3: Producción de insumos estratégicos para la salud.
• I+D+i en bio y nanotecnologías para la fabricación de insumos y
componentes relevantes en la producción de medicamentos biológicos y
biosimilares.
Misión 4: Extensión del acceso a servicios de salud y tecnología sanitaria.
• Fortalecimiento de la medicina personalizada y la salud digital.
• Creación y fortalecimiento de startups en healthtech y medtech.
• Sistemas de información interconectados e interoperables.
2.5 Tecnologías habilitantes transversales
A fin de potenciar la capacidad de desarrollo de los sectores/áreas
económicas priorizadas, se define como lineamiento base para la
implementación del PNCTI2030, la aplicación de tecnologías, en algunos
casos disruptivas, con capacidad de abrir nuevos campos para la
investigación científico-tecnológica y propender a la transformación de
los procesos productivos.
Las tecnologías habilitantes transversales a los sectores productivos,
constituyen la columna vertebral de innovación de los Lineamientos
Estratégicos para el período 2025-2027. Su carácter multipropósito
permite acelerar transformaciones en los sectores estratégicos
(Agroindustria, Energía y Minería, Economía del Conocimiento e
Innovación y Salud), potenciando la productividad y competitividad
internacional de la Argentina.
No se trata de un listado exhaustivo, sino de un conjunto de
tecnologías con alta capacidad de generar impacto económico y de
posicionar a la Argentina en cadenas de valor globales de alta
tecnología.
Las tecnologías prioritarias son: Inteligencia Artificial y ciencia de
datos, biotecnología, nanotecnología, robótica y automatización, TICs,
tecnología nuclear, espacial y satelital, tecnologías médicas y
bioingeniería, tecnologías cuánticas y tecnologías emergentes como la
tecnología vestible (wearables) y las neurotecnologías. Su desarrollo
demanda articulación público-privada, políticas de estímulo a la I+D+i,
cooperación internacional y formación de recursos humanos altamente
especializados.
Argentina cuenta con capacidades relevantes en algunas de estas áreas como biotecnología, nuclear, satelital, software.
La IA y el análisis de datos como campos complementarios son esenciales
para la digitalización productiva y la toma de decisiones basadas en
evidencia. Permiten aumentar la eficiencia de los sectores estratégicos
y posicionan a la Argentina en cadenas globales de alto valor agregado.
Son, además, palancas para la formación de talento digital y la
internacionalización de servicios basados en conocimiento. Su
aplicación en todos los sectores/áreas económicas priorizados ya es un
hecho, motivo por el cual se la incluye en este diseño estratégico como
tecnologías cuya aplicación será particularmente alentada a través de
marcos normativos evolutivos no restrictivos. Respecto a su
aplicabilidad en los sectores prioritarios, entre otros:
• Agro industria: habilita la agricultura de precisión, predicción
climática y gestión y mejoramiento de cultivos, propendiendo al
desarrollo de empresas agrotech.
• Economía del conocimiento: es la base para el desarrollo de software avanzado, fintech y servicios digitales exportables.
• Salud: permite diagnóstico asistido por imágenes, diagnóstico temprano, medicina personalizada y vigilancia epidemiológica.
• Energía y minería: mejora exploración geológica, optimización de
procesos extractivos, tecnologías inteligentes aplicadas a la minería,
sensores, digital twins, sistemas predictivos, mantenimiento basado en
IA.
La Biotecnología entendida como la aplicación de la ciencia y la
tecnología a organismos vivos con la finalidad de producir
conocimiento, bienes y servicios, abarca múltiples métodos o técnicas,
que pueden ser aplicados en distintos sectores de la economía. En este
sector, Argentina ya posee ventajas competitivas, particularmente en
agrobiotecnología. Es considerada como una tecnología de tipo
transversal que afecta y redefine la dinámica de innovación de un
conjunto de industrias estratégicas, con gran capacidad para garantizar
la seguridad alimentaria y energética, al tiempo que genera empleo
altamente calificado. Entre otras aplicaciones se mencionan:
• Agroindustria: aumento de la productividad, calidad e inocuidad
alimentaria a través del desarrollo de bioinsumos, semillas mejoradas y
bioproductos.
• Economía del conocimiento: generación de startups de base científica exportadoras de tecnología.
• Salud: producción de vacunas, reactivos, biosimilares y terapias génicas.
• Energía y minería: biocombustibles y bioremediación de pasivos ambientales.
En cuanto a la Nanotecnología, esta consiste en la manipulación precisa
de átomos y moléculas para la fabricación de productos a micro y
nanoescala. Se trata de una tecnología estratégica ya que permite crear
productos con un alto valor agregado que integran tecnología y
conocimientos de punta. Acompañando el desarrollo de la nanotecnología,
han surgido en nuestro país nuevas empresas enfocadas en aplicaciones
industriales y biomédicas, entre las que sobresalen las que pertenecen
al sector farmacéutico y de la agricultura. Su desarrollo impulsa
patentes y startups de frontera, generando ventajas tecnológicas
sostenibles y fortaleciendo la inserción internacional del país en
mercados de alta tecnología. Los nanomateriales permiten innovaciones,
entre otros ejemplos, en:
• Agroindustria: envases inteligentes, sensores y fertilizantes de liberación controlada.
• Economía del conocimiento: desarrollo de patentes en nanomateriales y nanopartículas para la industria global.
• Salud: nanomedicina, liberación dirigida de fármacos y dispositivos biomédicos.
• Energía y minería: baterías de litio y su optimización, supercondensadores y aleaciones para energía nuclear.
La tecnología Espacial y Satelital es un campo científico y tecnológico
que abarca la exploración y explotación del espacio, el uso de
satélites para diversos fines y el desarrollo de nuevas tecnologías
relacionadas. El desarrollo de esta tecnología incluye la construcción
y lanzamiento de cohetes y satélites, así como la producción y el
aprovechamiento de información satelital para mejorar el desempeño de
diversos sectores económicos, incluyendo áreas como las
telecomunicaciones o la navegación.
Las capacidades desarrolladas de las instituciones del ecosistema
científico y tecnológico, colocan al país en una posición única en
América Latina. Los satélites de observación y comunicaciones habilitan
aplicaciones en los sectores estratégicos.
Asimismo, esta tecnología puede realizar aportes de punta en el
desarrollo de los sectores económicos priorizados, tales como el uso de
microgravedad para el desarrollo de tratamientos oncológicos o para
enfermedades como el Alzheimer, la mejora de los pronósticos
climáticos, clave para el desarrollo de la agroindustria, o la
identificación de saturación o microfisuras en infraestructuras y
edificaciones críticas en energía y minería. Como ejemplos, su
aplicabilidad en las verticales estratégicas podrían consistir, por
ejemplo, en:
• Agroindustria: monitoreo de suelos y cultivos, trazabilidad y gestión del agua.
• Economía del conocimiento: exportación de servicios satelitales, software aeroespacial y aplicaciones downstream.
• Salud: telemedicina en zonas remotas y monitoreo ambiental de determinantes de salud.
• Energía y minería: prospección de recursos, control ambiental y comunicaciones en áreas aisladas.
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son una de
las plataformas tecnológicas estratégicas que impactan en el mayor
número de actividades socio-productivas. Al mismo tiempo, conllevan
ventajas competitivas mediante su aporte de valor agregado y una
importante oferta y demanda de empleo calificado.
La transformación digital es un fenómeno de alcance mundial que ha ido
permeando en diferentes ámbitos productivos de nuestro país. Para
lograr un aprovechamiento pleno de todas las oportunidades que ofrecen
estas tecnologías, es necesario un avance estratégico en diversos
aspectos, tales como la expansión de la conectividad, la mejora de la
calidad de las comunicaciones, el desarrollo de nuevas habilidades para
el trabajo del futuro, la adopción de las TICs por parte del sector
productivo. A continuación, se mencionan algunos ejemplos de su valor
en los diferentes sectores estratégicos:
• Agroindustria: conectividad rural para monitoreo remoto y trazabilidad digital, Internet de las cosas (IoT).
• Economía del conocimiento: infraestructura de base para servicios digitales, exportación de software y ciberseguridad.
• Salud: telemedicina, historia clínica digital e interoperabilidad de datos.
• Energía y minería: mapa de cobertura de redes y fibra óptica en áreas
mineras, IoT para monitoreo, redes eléctricas inteligentes y redes
LTE/5G en yacimientos.
Además, se contempla el desarrollo de tecnologías emergentes como la
tecnología vestible (wearables) y las neurotecnologías, impulsado por
avances disruptivos en neurociencia, electrónica, informática,
inteligencia artificial, realidad virtual, realidad aumentada y la
integración de sistemas complejos. Estas tecnologías ofrecen
aplicaciones con alto potencial de impacto, entre ellas la mejora del
bienestar emocional y la movilidad, el fortalecimiento de la seguridad
laboral, así como aportes significativos en la educación mediante
avances en atención, concentración, comunicación, accesibilidad,
aprendizaje y cognición.
Del mismo modo, cabe destacar su efecto dinamizador sobre industrias
adyacentes que no solo proveen insumos y desarrollos complementarios,
sino que también abren oportunidades para la creación de nuevas cadenas
de valor y el aumento de la eficiencia en diversos sectores productivos
y mercados. Desde la producción de sensores de alta precisión hasta el
diseño de algoritmos capaces de procesar datos en tiempo real, estas
tecnologías conforman un sector innovador que impulsa la investigación,
atrae inversión y fomenta la generación de empleo altamente calificado,
contribuyendo al fortalecimiento del entramado productivo nacional.
Como corolario, la educación, entendida como factor transversal y
subyacente en todos los pilares de la matriz productiva y tecnológica,
es clave para el desarrollo de capital humano competitivo. En este
sentido, se impulsan propuestas de formación y capacitación orientadas
tanto a acompañar las políticas de innovación tecnológica para la
transformación del Estado, como a fortalecer los conocimientos de la
ciudadanía en materia tecnológica, ampliando las capacidades del país
para adaptarse a los nuevos entornos digitales.
En conclusión, la identificación de sectores prioritarios y tecnologías
habilitantes establece el rumbo estratégico de la política de CTI. Para
que esta orientación se traduzca en transformaciones concretas, resulta
indispensable un esquema de gestión capaz de articular instituciones,
territorios y actores, asegurar el uso eficiente de los recursos y
garantizar resultados verificables. En este sentido, los ejes de
gestión que se presentan a continuación constituyen el andamiaje
operativo para llevar a la práctica las prioridades definidas.
3. LINEAMIENTOS PARA LA IMPLEMENTACIÓN
La implementación de los Lineamientos Estratégicos de Ciencia,
Tecnología e Innovación 2025-2027 se basa en una gestión integral y
orientada a resultados, que combina planificación estratégica,
coordinación entre instituciones, seguimiento continuo y transferencia
de conocimientos hacia el sector productivo y la sociedad.
3.1 Planificación de políticas en CTI
Los lineamientos principales de este eje se centran en la selección
estratégica de temáticas y sectores, definiendo objetivos y áreas
prioritarias que alineen las actividades del SNCTI con las demandas de
innovación productiva del país. Para ello, se adopta un enfoque de
políticas que articula actores, sectores y disciplinas para generar
soluciones científicas y tecnológicas con impactos verificables en los
ámbitos productivo y social.
A su vez, se busca atender necesidades y problemas prioritarios,
consolidando al SNCTI como un nodo de articulación entre el sistema
público de ciencia y el sector productivo, promoviendo sinergias entre
capacidades científicas y empresariales. En ese sentido, se adoptan
estrategias de intervención que impulsan la convergencia de
conocimientos y tecnologías entre instituciones públicas y privadas,
centros de investigación y universidades, con énfasis en la vinculación
y transferencia tecnológica.
Todo ello, acompañado de una gestión orientada por resultados, mediante
planificación, seguimiento y evaluación continua de actividades,
programas y proyectos, garantizando eficiencia, transparencia y
coordinación institucional.
3.2 Articulación Científico Tecnológica
La articulación constituye un pilar esencial para garantizar la
operatividad y el impacto de las políticas de innovación, ciencia y
tecnología. De ese modo, las acciones de articulación tienen el
propósito de vincular áreas claves para el desarrollo científico y
tecnológico nacional, con la finalidad de optimizar el empleo de los
recursos existentes y mejorar la eficacia entre los programas y los
proyectos de las instituciones.
Los ejes principales de la articulación científico-tecnológica buscan
promover el consenso y coordinación entre niveles del Estado,
fortalecer la planificación y ejecución de políticas de CTI con
monitoreo de resultados, coordinar interinstitucional e
intersectorialmente la investigación e innovación para impactar cadenas
de valor estratégicas, y articular acciones público-privadas que
potencien la inversión y la transferencia de conocimiento hacia el
sector productivo.
3.3 Vinculación y Transferencia de Tecnología
Las acciones de vinculación y transferencia tecnológica se ocupan de
acelerar la maduración de innovaciones y fortalecer la articulación
entre el sistema científico y el sector productivo. Para ello, se
desarrollan programas que integran los diferentes niveles de gobierno,
las provincias y el sector privado, promoviendo la gestión estratégica
del conocimiento y su transferencia hacia el medio productivo.
Esto permite simplificar y modernizar los procesos de transferencia
mediante marcos normativos actualizados y capacidades institucionales
fortalecidas. Asimismo, se brinda asistencia técnica para escalar
proyectos y se impulsa el desarrollo de EBCTs. Estas acciones buscan
consolidar el ecosistema científico-emprendedor y generar soluciones
tecnológicas con impacto directo en cadenas de valor estratégicas.
3.4 Internacionalización y Cooperación Internacional
La internacionalización constituye un eje fundamental para ampliar las
capacidades nacionales en ciencia, tecnología e innovación, y para
proyectar a la Argentina como un actor relevante en el escenario global.
En esa línea, se promueve la celebración de acuerdos bilaterales y
multilaterales que fortalezcan las capacidades nacionales de innovación
y desarrollo científico-tecnológico, así como la inserción del país en
redes, consorcios y plataformas internacionales. En ese marco se
priorizan las áreas estratégicas nacionales, evaluando el impacto en
capacidades locales y resultados concretos.
Asimismo, se impulsa el desarrollo de alianzas internacionales en
temáticas clave para el desarrollo, incorporando herramientas como la
diplomacia científica y tecnológica.
3.5 Transformación digital del Estado
Las acciones se orientan a profundizar la transformación digital del
Estado, con el ciudadano en el centro de las políticas públicas y la
innovación tecnológica como motor de desarrollo. El objetivo es
construir un ecosistema digital más ágil y confiable, apoyado en
infraestructura tecnológica robusta, inteligencia artificial y datos
con valor estratégico.
Conforme a ello, se dispone el fortalecimiento y ampliación de las
plataformas y servicios digitales dependientes del organismo,
promoviendo además la adopción de IA en el Estado nacional para
optimizar la gestión pública. Asimismo, consolidar la política de datos
abiertos dirigidos a brindar soporte a la toma de decisiones públicas y
privadas.
3.6 Recursos o Infraestructuras de Investigación Científico-Tecnológicas
Se impulsa la transformación de los Sistemas Nacionales de Grandes
Instrumentos, Facilidades y Repositorios Digitales hacia una red
integrada de Infraestructuras de Investigación Científico-Tecnológicas
(IICTs), bajo criterios de sostenibilidad, interoperabilidad y acceso
equitativo. Estas infraestructuras, que abarcan equipamiento
estratégico, instalaciones científicas y conjuntos de instrumentos de
gran escala, se consolidan como un habilitador clave para la producción
de conocimiento, la innovación, la formación de talento y la
articulación con el sector productivo.
En ese sentido, se promueve la optimización de su uso y gestión para
garantizar eficiencia, autosustentabilidad y mayor valorización de la
inversión pública existente, junto con el desarrollo de herramientas de
planificación, monitoreo y evaluación que aporten transparencia y trazabilidad.
3.7 Información, Evaluación y Monitoreo
Un sistema robusto de información, evaluación y monitoreo es clave para
garantizar la eficacia, coherencia y transparencia de las políticas de
ciencia, tecnología e innovación en Argentina. Esto incluye la
elaboración de indicadores prospectivos, la recopilación y análisis
sistemático de datos del sistema científico-tecnológico, y el
desarrollo de plataformas y herramientas para el registro y
procesamiento de información.
En consonancia, se promueve una estrategia de evaluación y mejora
continua que fortalezca la trazabilidad y efectividad de los programas
e instrumentos de financiamiento, fomentando la coordinación entre
organismos y la realización de evaluaciones permanentes. Las políticas
de Ciencia Abierta complementarán este enfoque, poniendo los datos al
servicio de la ciudadanía y de la innovación pública.
Los lineamientos de carácter estratégico aquí desarrollados se conciben
con una naturaleza dinámica y sujeta a evaluación. Una vez finalizado
el período 2025-2027, se realizará una evaluación integral de
resultados, aprendizajes y nuevos contextos, a fin de sentar las bases
de nuevas directrices para el período 2028-2030 que fortalezca lo
logrado y adapte la estrategia a los desafíos emergentes.
3.8. Conocimiento científico y tecnológico
Los Lineamientos Estratégicos en CTI 2025-2027 se presentan en un
contexto en el que distintos actores nacionales e internacionales
discuten sobre el papel de la ciencia, la tecnología y la innovación en
los ámbitos social y productivo, así como sobre las políticas
necesarias para responder a las condiciones del nuevo escenario
económico y tecnológico.
Este marco constituye una oportunidad para enfrentar los retos
vinculados al desarrollo nacional y favorecer el crecimiento económico
a través de la generación de conocimiento. En esa dirección, se
priorizan los sectores estratégicos nacionales y orientan sus acciones
a dar respuesta a sus principales desafíos, en ámbitos clave para la
transferencia de conocimiento y la promoción de la I+D+i.
A partir de ello, se propone un enfoque estratégico de producción
científica en el que las cuatro grandes áreas de conocimiento que
estructuran la investigación en el sistema científico argentino
—Ciencias Agrarias, de Ingeniería y de Materiales; Ciencias Biológicas
y de la Salud; Ciencias Exactas y Naturales; y Ciencias Sociales y
Humanidades— constituyen los campos disciplinares sobre los cuales se
proyectan los Lineamientos de CTI 2025-2027.
Cada una de estas áreas aporta perspectivas, metodologías y capacidades
específicas y diferentes para abordar las problemáticas prioritarias
del país, poniendo en valor la diversidad disciplinaria del sistema
científico-tecnológico nacional. Así, este enfoque multidisciplinario
permite una visión integral sobre las verticales estratégicas
propuestas.
Este abordaje no supone restringir las agendas de investigación, sino
orientarlas hacia misiones estratégicas con alto potencial de impacto
social y productivo desarrolladas en este documento. La focalización en
sectores productivos estratégicos fomenta que los distintos campos del
saber trabajen de manera articulada, promoviendo la
interdisciplinariedad y la convergencia tecnológica como ejes
fundamentales para alcanzar soluciones transformadoras.
Esta orientación estratégica del conocimiento asegura que la política
de CTI no excluya campos de estudio, sino que concentre los esfuerzos
en la convergencia disciplinaria para resolver desafíos nacionales
concretos. Con ese propósito, se define un modelo sustentado en ciencia
de excelencia e innovación, apoyado en la inter y multidisciplinariedad
que asegure la transferencia de resultados hacia la economía y la
sociedad.
En función de ello, se impulsa el desarrollo de una estructura
plenamente integrada y articulada con las políticas sectoriales, desde
la cual el SNCTI brinde apoyo al cumplimiento de los objetivos
estratégicos, promoviendo la coordinación y la sinergia de instrumentos
y acciones en los distintos niveles de la administración nacional.