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0. Glosario
1. Justificación
La primera infancia es el período de mayor y más rápido desarrollo en
la vida de una persona. Durante esa etapa se construyen las bases
fundamentales de su salud, bienestar y educación futura. La
neurociencia destaca que es cuando el cerebro del niño experimenta un
desarrollo exponencial y donde la estimulación temprana y un entorno
seguro para la crianza contribuyen enormemente a la madurez de las
funciones cognitivas
1.
Un entorno enriquecedor, que incluya cuidados, estímulos y una
nutrición adecuada, es fundamental para que los niños alcancen su
máximo potencial
2. Por el contrario, experiencias negativas,
como el maltrato, la falta de estimulación o condiciones adversas,
pueden limitar significativamente el desarrollo y perdurar más allá de
la niñez, afectando la capacidad de aprendizaje, la salud y la
autorregulación.
Desde una perspectiva económica, la inversión en la primera infancia
demuestra un alto retorno, con estimaciones que indican que cada dólar
invertido en políticas de desarrollo infantil temprano puede generar un
retorno de hasta diecisiete dólares
3. Esta inversión es
efectiva para reducir sustancialmente los costos sociales asociados a
la exclusión y la pobreza, al disminuir tasas de repetición escolar,
futuros costos de atención en salud y del sistema de justicia penal.
Además, se ha demostrado que estas políticas reducen las desigualdades
sociales y económicas, mejoran el rendimiento académico y aumentan
notablemente, la participación laboral y los ingresos de las mujeres.
La experiencia internacional y nacional subraya que las intervenciones
de calidad y focalizadas en poblaciones vulnerables generan mayores
efectos positivos en la generación de oportunidades. La atención a la
primera infancia se convierte así en la base para la construcción de
una sociedad más libre y democrática.
1.1 Situación de la primera infancia en Argentina
En términos demográficos, de acuerdo con los datos del último Censo
Nacional de Población, Hogares y Viviendas (2022), en Argentina residen
2.187.839 de niños menores de 48 meses de edad. Esto representa poco
menos del 5% de la población total del país. Las proyecciones de
Naciones Unidas estimaban que para 2024 la cantidad de niños menores de
48 meses de edad sería de 2.132.674, lo que representaba un 5% menos
respecto a la información del último censo, en línea con la tendencia
de descenso de la fecundidad global en el país.
El «
Análisis de la situación de la niñez y adolescencia en la Argentina»
(SITAN- 2025) de Unicef, con datos que abarcan principalmente el
período 2022-2023 y en algunos indicadores 2024-2025, revela una
realidad compleja para la primera infancia. Si bien Argentina ha
logrado avances significativos en el acceso a derechos básicos,
persisten profundas inequidades estructurales que impiden que todos los
niños ejerzan plenamente sus derechos y logren su bienestar integral.
La situación de la primera infancia en Argentina se caracteriza por:
Condiciones socioeconómicas
• En Argentina, la pobreza en el grupo etario de 0 a 3 años ha
mostrado una tendencia creciente desde el año 2005. Aunque se han
registrado mejoras leves y puntuales en ciertos periodos, esta
situación se ha agravado durante los últimos años.
• El 41,9% de los niños menores de 4 años viven en hogares pobres (con
ingresos inferiores a la Canasta Básica Total) que no logran cubrir sus
necesidades básicas (EPH I Trimestre de 2025).
• Por otro lado, la calidad de vida de los niños y sus familias está
estrechamente relacionada con los ingresos disponibles para su crianza,
los cuales dependen principalmente de los ingresos laborales, pero
también, en gran medida, de las políticas de
transferencias monetarias.
De acuerdo con información provista por el Boletín Estadístico de la
Seguridad Social (marzo 2025), se registran 757.523 niños de hasta 3
años que reciben la AUH, el Plan Mil Días y la Prestación Alimentar, lo
cual representa un 36% de la población total en ese rango etario. En lo
referido a la cobertura de embarazadas, la misma fuente reflejó un
total de 74.488 beneficiarias de Asignaciones por Embarazo para
Protección Social (AUE); lo cual representa un 16% del total de
nacimientos anuales.
Brechas sociosanitarias
• Los indicadores de salud también muestran desafíos considerables. De
acuerdo con la última información disponible de la Dirección de
Estadísticas e Información en Salud (DEIS), la tasa de
mortalidad infantil
(niños menores a un año) en 2023 fue de 8,0 por cada 1.000 nacidos
vivos (3.689). La tasa de mortalidad neonatal (5,5) duplica a la
posneonatal (2,5), siendo Corrientes (11,6); Santa Cruz (11,5); La
Rioja (10,3); Formosa (10,2) y Salta (9,8) las provincias que registran
mayores tasas de mortalidad infantil para el año 2023.
• Durante 2023 se registraron 197
muertes maternas,
lo que equivale a una tasa de 3,2 por cada 100.000 nacidos vivos. Esta
tasa experimentó un aumento significativo en 2020 y 2021 (4,1 y 7,4,
respectivamente) debido al impacto del COVID-19, para luego reducirse a
menos de la mitad de ese pico en 2023. La mayor parte de las muertes
respondieron a causas obstétricas directas (65,4%). Al igual que en el
caso de la mortalidad infantil, se registran fuertes disparidades
territoriales. Las mayores tasas de mortalidad materna se registraron
en Chaco (10,7); Formosa (7,3); Catamarca (7,1) y Corrientes (7,9).
• Asimismo, el cuidado prenatal es insuficiente, de acuerdo con la
última información disponible de la Encuesta de Indicadores Múltiples
por Conglomerados MICS (2019 - 2020) sólo el 55% de las mujeres en
edades reproductivas realizaron 8 o más visitas de
atención prenatal
recomendadas. Esta cifra varía teniendo en cuenta las condiciones
sociodemográficas de las madres. Cae al 43% entre las mujeres de menor
nivel educativo (hasta secundario incompleto), 42% entre las mujeres
menores de 20 años. Por el contrario, asciende entre aquellas madres
con mayores niveles educativos (81% en el caso de quienes tienen
estudios universitarios o terciarios completos) y aquellas de mayor
edad (64% entre quienes tienen 35 a 49 años).
• En cuanto a
prácticas adecuadas de alimentación
en bebés y niños pequeños, los datos de la Encuesta MICS (2019-2020)
muestran que el 94% fueron amamantados alguna vez (el 88% de ellos en
el primer día de vida). Sin embargo, de acuerdo con la Encuesta
Nacional de Lactancia (2022), solo el 46% sostiene la lactancia a los
seis meses de edad.
• En lo referido a la
vacunación,
de acuerdo con los datos de la Dirección de Control de Enfermedades
Inmunoprevenibles, en 2023 la cobertura presentaba diferencias para las
distintas vacunas que forman parte del Calendario Nacional de
Vacunación que van desde 81% (IPV/Séxtuple a los 6 meses y Triple viral
a los 12 meses) hasta 68% (Hepatitis B antes de las 12 horas) o 64%
(refuerzo de Quíntuple/Séxtuple a los 15/18 meses). A esto se suman
brechas por jurisdicciones. Por ejemplo, para aquella vacuna con mayor
cobertura en 2023 (Triple Viral), el porcentaje supera el 100% en
Jujuy, pero se ubica en 67% en la Ciudad de Buenos Aires. A su vez, la
vacuna para el rotavirus y la quíntuple son las que presentan mayores
tasas de deserción entre la primera y la segunda dosis (cercana al
5,5%). Se destaca que las tasas de inmunización han mostrado una
disminución constante desde 2019, incluso antes de la pandemia de
COVID-19. A partir de 2020, esta tendencia a la baja se mantuvo, y para
2023, ninguna de las coberturas de vacunación alcanzó el 90% de la
población objetivo.
• Según la Encuesta MICS (2019-2020), el 30% de los niños menores de 48 meses no asistieron a los
controles adecuados
para su edad. Este porcentaje aumenta significativamente según el
sector socioeconómico (46% en el primer quintil). Asimismo, cabe
destacar que, en el caso de los niños menores de un año, la proporción
de quienes no tienen controles adecuados se duplica (84%).
• El
desarrollo infantil temprano
abarca múltiples dimensiones y se caracteriza por una progresión
ordenada de habilidades motoras, cognitivas, lingüísticas,
socioemocionales y de autorregulación durante los primeros años de vida
(Unicef, 2016). Aspectos como el crecimiento físico, la alfabetización,
las habilidades matemáticas básicas, el desarrollo emocional y la
preparación para el aprendizaje son fundamentales en esta etapa. Estos
dominios esenciales sientan las bases para la salud, la educación y el
bienestar en etapas posteriores de la vida.
El Índice de Desarrollo Infantil Temprano (ECDI) reúne 10 ítems
alfabético-numéricos, físicos, socioemocionales y de aprendizaje para
medir el desarrollo de los niños de 3 y 4 años. La última información
disponible es la provista por la Encuesta MICS (2019-2020), que
evidencia que solo el 40% de los niños de esa franja etaria cumplen con
el desarrollo adecuado de alfabetización y conocimientos numéricos.
Dicho porcentaje se eleva al 84% si se analiza el desarrollo
socioemocional. Por último, los mayores índices de desarrollo se
registran en aspectos de aprendizaje (98%) y físico (99%). En términos
agregados, la región Pampeana registra la mayor puntuación del ECDI
(89,4), mientras que el NOA, la menor (79,8). Al igual que lo analizado
en las variables anteriores, el desarrollo aumenta con el nivel
educativo alcanzado de la madre, con el nivel socioeconómico del hogar
y, en este caso, con la asistencia a una institución de educación
temprana.
• Por último, el
estado nutricional
de los niños es un reflejo de su salud general. Los tres indicadores
del estado nutricional son: peso para la edad, talla para la edad y
peso para la talla. Basándonos en esos tres indicadores y de acuerdo
con la información provista por la Encuesta MICS (2019-2020), el 16% de
los niños menores de 48 meses evidencian déficits en el indicador de
peso para la altura, prevaleciendo el sobrepeso (14% sobrepeso y 3%
bajo peso). En términos regionales, los indicadores de sobrepeso más
altos se registran en la Patagonia (20%) mientras que los más bajos se
dieron en Cuyo (9%). Los valores más altos de bajo peso se detectaron
en el AMBA (3%) y los más bajos en Patagonia (1%). En este caso no se
observan diferencias significativas por nivel de ingresos. Por su
parte, el 12% reporta baja talla para la edad (14% para el quintil más
bajo y 9% para el más alto) y el 4% bajo peso para la edad (sin
diferencias significativas por ingreso).
Baja cobertura y calidad de servicios de desarrollo infantil
• En base a la última información disponible publicada por la Encuesta MICS (2019-2020), la
asistencia de los niños menores de 48 meses de edad residentes en zonas urbanas
a algún establecimiento de desarrollo infantil o nivel inicial (Centro de Primera Infancia o Centro de Desarrollo Infantil como jardín de infantes)
4
es del 19%. La asistencia crece considerablemente con la edad pasando
del 1,4% para los niños de hasta 11 meses al 48% de aquellos de entre 3
y 4 años. Los menores niveles de asistencia se registran en las
provincias del NEA (7%) y NOA (12%), además de en los hogares de menor
nivel educativo (15%) y menores ingresos (12%). A pesar de un
incremento reciente en la tasa de asistencia a sala de 3 años, que
alcanzó el 53% en 2023, este fenómeno se explica más por una
disminución en la población de esa franja etaria que por un aumento
real en la matrícula. Las desigualdades persisten y son notables entre
los distintos grupos sociales: la asistencia en hogares del quintil de
riqueza más bajo es del 28%, mientras que en el quintil más alto
asciende al 50%. Las principales barreras para la no asistencia son la
falta de transporte o accesibilidad (71%), la ausencia de un jardín
cercano (68%) y la falta de disponibilidad de un establecimiento
gratuito (65%).
Riesgos en la crianza segura
• En 2020, se estimó
un total de
1.346 niños menores de 48 meses sin cuidados parentales alojados en
dispositivos de cuidado (residencial o familiar). El análisis
por jurisdicción evidenciaba que el mayor porcentaje de niños se
ubicaba en la Provincia de Buenos Aires (39%), seguida de Santa Fe
(12%) y CABA (11%); luego por Santa Cruz (1%), San Luis (1%) y La Rioja
(1%) con porcentajes menores (Unicef y MDS, 2020).
Mientras que en algunas jurisdicciones representan menos del 20% del
total alojado en la jurisdicción (Chaco, Chubut, Corrientes, Entre
Ríos, La Pampa, Misiones, Santa Cruz y Tierra del Fuego), en otras
jurisdicciones dicha población representa más del 25% y hasta cerca del
44% del total de la jurisdicción (CABA, Catamarca, Formosa, Jujuy, La
Rioja, Salta, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán). Gran
parte identifica como primera causa de aplicación de medidas de
protección excepcional la violencia, seguida por dificultades en el
ejercicio de la responsabilidad parental y abuso sexual. El abandono,
ausencia de adulto responsable y otros motivos son otras de las causas
recurrentes (Unicef y MDS, 2020).
• Si bien en Argentina no se cuenta con datos oficiales sobre violencia
y abuso sexual hacia niños y adolescentes, diversos estudios
especializados en el tema sugieren que la frecuencia de estos casos es
muy elevada, incluso superando el número de denuncias presentadas. Un
estudio llevado a cabo por Unicef y el Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos evidenció que entre los meses de octubre de 2020 y
septiembre de 2021 se registraron un total de 6.770 víctimas de
consultas por violencia familiar. El 26% de las víctimas tenía hasta
cinco años, con una distribución pareja entre varones y mujeres. La
gran mayoría de los casos respondía a violencia psicológica (65%),
aunque muchas veces combinada con violencia física (31%). Asimismo, la
cantidad de víctimas en consultas relativas a violencia sexual fue de
3.219, lo que representó un 58% del total de las víctimas. El 11% de
ellas tenía hasta 5 años y eran mayormente mujeres (65%).
En suma, el diagnóstico pone de manifiesto que la primera infancia en
Argentina enfrenta desafíos críticos que requieren un Programa enfocado
en las desigualdades territoriales y socioeconómicas para promover el
desarrollo pleno de las nuevas generaciones.
Problemáticas precedentes
Se destacan como problemáticas precedentes:
• La
ausencia de una visión
estratégica clara sobre la relevancia de la inversión en la primera
infancia sumado a la falta de criterios definidos para la asignación de
recursos. Las intervenciones nacionales, en muchos casos, no
contaron con el protagonismo y la corresponsabilidad necesaria de los
actores locales o territoriales privilegiando una centralización
excesiva que debilitó los roles inherentes a los estados provinciales.
Se destaca el bajo financiamiento para ofrecer servicios de calidad,
sobre todo en contextos vulnerables (que se traduce en déficits en
formación docentes y otro personal de cuidado, acompañamiento y
recursos) y falta de coordinación entre distintos sectores para
asegurar la transición y complementariedad entre las distintas
modalidades de espacios de cuidado y educación.
• A pesar de los avances en algunas provincias,
la implementación y sostenibilidad de un abordaje intersectorial de la primera infancia
sigue siendo un desafío considerable. La dispersión y fragmentación
programática no se limita únicamente al ámbito del Estado nacional,
sino que también se replica en los gobiernos subnacionales. Si bien
algunas jurisdicciones han logrado establecer mesas intersectoriales e
incluso formalizar espacios de coordinación, la operatividad y la
perdurabilidad de estas iniciativas enfrentan obstáculos persistentes.
La dificultad radica en la articulación efectiva de múltiples actores
con agendas, presupuestos y lógicas de trabajo distintas. Esto genera
una falta de alineamiento estratégico que, en la práctica, debilita la
capacidad de respuesta territorial y dificulta la consolidación de un
sistema de protección integral para la primera infancia que trascienda
los cambios de gestión política y administrativa.
•
La desigualdad en el desarrollo y la
descentralización de servicios de protección resulta en una oferta
insuficiente y fragmentada de programas preventivos, en la que
predominan las intervenciones reactivas. Asimismo, el sistema de
protección enfrenta una escasez de programas de fortalecimiento
familiar y una baja implementación de dispositivos de acogimiento
familiar, perpetuando la dependencia del cuidado residencial incluso en
casos donde el familiar sería posible.
• En el ámbito de los Centros de Desarrollo Infantil (CDI), se han observado
escasos incentivos para la mejora de la calidad de los servicios que prestan
sin una participación efectiva y sostenida de la familia y la
comunidad. Los programas de acompañamiento familiar, por su parte, han
sido descontinuados y con un énfasis limitado en el trabajo al interior
del hogar o centrándose más en lo comunitario.
• Además, una debilidad estructural ha sido
la falta de respaldo de muchos programas públicos en la generación de evidencia, sumado a las
debilidades en los sistemas de registro de información, monitoreo
y la falta de datos o registros unificados han obstaculizado el diseño
de políticas públicas efectivas, especialmente en desarrollo infantil
temprano.
1.2 Principios Rectores
Frente a este panorama de políticas fragmentadas, con cobertura
limitada y calidad dispar, el Programa Federal de Primera Infancia
(PFPI) emerge como una respuesta estructural, buscando consolidar al
Estado nacional como órgano rector en la materia, encargado de fomentar
la corresponsabilidad con las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
El Programa se fundamenta en principios rectores que garantizan un
abordaje integral y equitativo en el desarrollo infantil. A saber:
1.
Enfoque integral: promueve
un abordaje que atienda las múltiples dimensiones del desarrollo
infantil: salud, nutrición, educación, protección social y
participación comunitaria, garantizando el bienestar físico,
psicológico, social y emocional de los niños desde la gestación hasta
los 48 meses.
2.
Priorización territorial:
las intervenciones se focalizan en las zonas más vulnerables del país,
identificadas mediante el Índice de Inequidades en la Primera Infancia
(IPI), que considera factores como pobreza, acceso a servicios básicos
y mortalidad infantil.
3.
Rectoría del Estado nacional: el
Estado nacional asume un rol rector en la coordinación y supervisión
del Programa asegurando estándares de calidad y transparencia,
promoviendo la responsabilidad compartida entre provincias y la nación.
4.
Fortalecimiento institucional:
se implementan acciones para fortalecer la capacidad técnica y
operativa de los gobiernos provinciales, incluyendo formación continua
de equipos y desarrollo de sistemas de información integrados.
5.
Promoción de la participación comunitaria:
se fomenta la participación de la familia y la comunidad en la gestión
y evaluación de los servicios destinados a la primera infancia, creando
espacios de diálogo, sensibilización y capacitación.
6.
Inclusión social de grupos poblacionales vulnerables:
las acciones del Programa buscan favorecer la inclusión de niños en
situación de pobreza, vulnerabilidad, con discapacidad y pertenecientes
a comunidades originarias.
7.
Articulación intersectorial:
se promueve la coordinación efectiva entre los sectores de salud,
educación, capital humano, trabajo y el sistema de promoción y
protección de los derechos del niño, alineando las acciones con
programas existentes.
8.
Estándares de calidad: se
implementa un Programa de medición de calidad para los CDI y el
Servicio de Acompañamiento Familiar que será monitoreado y evaluado
periódicamente.
9.
Sostenibilidad financiera:
el Programa cuenta con mecanismos de financiamiento basados en
resultados y cumplimiento de objetivos, garantizando un uso eficiente
de los recursos.
10.
Monitoreo y evaluación: un
sistema de información robusto permite la recopilación y análisis de
datos para la toma de decisiones hacia el cumplimiento de los objetivos
del Programa.
1.3 Teoría de Cambio
Aquí se presenta la Teoría de Cambio del PFPI, un diagrama que ilustra
cómo el Programa busca la mejora del Desarrollo Infantil Temprano a
través de su implementación.
2. Propuesta programática
2.1 Marco institucional y de gobernanza
El esquema de institucionalidad y de gobernanza del Programa puede
visualizarse como una estructura colaborativa de múltiples niveles,
para asegurar la mejora continua en la atención de la primera infancia.
Esto implica llevar adelante un modelo de gestión que reafirma el
esquema de concertación Federal donde las provincias y la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires asumen responsabilidades específicas. Este
modelo prioriza además el abordaje de cercanía, ya que la proximidad
potencia el cumplimiento de los objetivos del Programa. Por ello, el
PFPI busca dar un mayor protagonismo a los gobiernos subnacionales,
poniendo a los niños, las familias y las comunidades en el centro de
las acciones.
La
Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SNNAYF), bajo la órbita del
Ministerio de Capital Humano (MCH),
actúa como el organismo rector y especializado en materia de derechos
de la infancia, siendo la responsable de la dirección del PFPI y la
Subsecretaría de Políticas Familiares (SSPF) quien se encarga directamente de la ejecución del Programa. Dentro de la SSPF, la
Dirección Nacional para el Desarrollo de la Primera Infancia (DNDPI)
coordina la implementación técnica del Programa, valida la información
y brinda soporte a las provincias. Este conjunto de organismos define
los lineamientos, ofrece asistencia técnica y supervisa el progreso del
Programa en su conjunto.
En ese mismo sentido, la
Dirección General de Programas y Proyectos Sectoriales y Especiales (DGPYPSYE) dependiente
de la Subsecretaría de Gestión Administrativa (SSGA) de la Secretaría
de Coordinación Legal y Administrativa (SCLYA) del
Ministerio de Capital Humano (MCH)
interviene en la transferencia de los fondos a los CDI y a las
provincias ya que los organismos de financiamiento internacional, el
Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) proveen los recursos económicos para
el proyecto.
El siguiente actor prioritario en esta cadena son las
provincias adheridas, quienes formalizan su participación mediante la firma de un
convenio con el gobierno nacional. Cada provincia desarrolla un
Documento Base Provincial para el período 2025-2027 (Hito 1), donde se detalla la institucionalidad asignada al PFPI y la conformación de un
equipo de gestión provincial
con roles específicos para la coordinación, el monitoreo, el
acompañamiento familiar, la calidad de los CDI y la capacitación. Las
provincias tienen la responsabilidad de incorporar los
CDI al Programa, priorizando aquellos en distritos con altos índices de
pobreza infantil (IPI 7 o más), mediante actas de adhesión/declaración
jurada y registrando la información de niños y personal en el
Sistema de Información y monitoreo (Hito 2). También deben elaborar
planes de implementación para el Servicio de Acompañamiento Familiar (Hito 3) y asegurar la
capacitación de la fuerza laboral (Hito 4). Su rol es fundamental en la gestión y supervisión directa de la ejecución de los planes de
mejora que repercute directamente en la calidad de los CDI de su jurisdicción (Hito 5).
En el nivel operativo se encuentran los
Centros de Desarrollo Infantil (CDI) y los Servicios de Acompañamiento Familiar (SAF). Los CDI, con el apoyo técnico de los equipos provinciales, son los encargados de elaborar y llevar a cabo sus propios
Planes de Mejora de la Calidad
(Hito 5), buscando optimizar tanto los procesos internos como las
condiciones estructurales en la atención de la primera infancia. Los
CDI son quienes perciben el financiamiento per cápita, recibiendo una
cápita mensual por cada niño de hasta 48 meses que asista regularmente y se encuentre registrado, y un
complemento por eficacia en gestión de calidad de CDI en
función de los avances logrados en sus planes de mejora. Estos fondos
se transfieren directamente a los CDI a través de tarjetas precargadas,
con uso restringido a gastos operativos. Asimismo, las Unidades
Territoriales de Acompañamiento Familiar serán planificadas,
supervisadas y financiadas por las provincias con fondos del PFPI
frente al cumplimiento de los compromisos asumidos, especialmente en
torno a metas, contenidos y metodologías de implementación.
Un elemento fundamental que articula todos los niveles y facilita la
coordinación vertical entre las unidades operativas provinciales y la
Rectoría Nacional es el
Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación.
Este sistema integra bases de datos y facilita el seguimiento del
Programa en los CDI y SAF, permitiendo la generación de alertas
tempranas, el seguimiento de pagos y gastos, y la producción de
evidencia para la toma de decisiones. A través de él, la información de
los CDI y SAF se consolida a nivel provincial para su validación y
posterior remisión a la rectoría nacional, donde se realiza la
verificación final, lo que garantiza una gestión transparente y una
toma de decisiones informada.
Además del sistema de información, monitoreo y evaluación, el control y
la supervisión son elementos constantes. La SNNAYF realiza el
seguimiento programático mediante auditorías internas y externas (a
cargo de la Sindicatura General de la Nación -SIGEN- y la Auditoría
General de la Nación -AGN-, respectivamente), así como monitoreo en
tiempo real a través del sistema y visitas en territorio por pautas de
alertas.
2.2 Objetivos
Objetivo General
El Programa tiene como propósito central mejorar la calidad de
atención, cuidado y crianza de niños desde el embarazo hasta los 48
meses, articulando intervenciones conjuntas entre la Nación, la
Provincia y los entornos institucionales (centros de desarrollo
infantil) y familiares a fin de promover el Desarrollo Infantil
Temprano (DIT) y fortalecer el capital humano de las nuevas
generaciones.
Objetivos específicos
• Fortalecer la capacidad técnica y operativa de las provincias para la
mejora de la calidad en la atención de la primera infancia a través de
un mecanismo de incentivos financieros que pondera la asistencia
técnica, capacitación continua, articulación intersectorial y el
establecimiento de un Sistema de Información, monitoreo y evaluación
integrado que permita la medición de resultados e impactos del Programa.
• Elevar los estándares de calidad de los servicios ofrecidos por los
Centros de Desarrollo Infantil (CDI) ubicados en los distritos
priorizados; optimizando sus interacciones, prácticas pedagógicas,
atención nutricional y de salud, y la organización de ambientes de
aprendizaje mediante la aplicación y seguimiento de planes de mejora.
• Expandir y mejorar los Servicios de Acompañamiento Familiar (SAF)
para familias con embarazadas y/o niños de hasta 36 meses en los
distritos priorizados, a través de la capacitación de los referentes
parentales o afectivos en estimulación temprana, nutrición y buenas
prácticas de crianza.
2.3 Priorización territorial
La intervención se focaliza en
distritos priorizados, seleccionados en función de sus niveles de pobreza y vulnerabilidad, determinados por el
Índice de Inequidades en la Primera Infancia (IPI).
Este índice considera la incidencia de la pobreza estructural sobre
niños de 0 a 4 años y otros aspectos de vulnerabilidad en la
composición de los hogares. Los departamentos priorizados son aquellos
con un valor de IPI igual o superior a 7, representando el 40% de los
departamentos con mayor vulnerabilidad a nivel nacional. A fin de
garantizar el carácter federal del Programa, se establece que
todas las provincias contarán con al menos el 10% de sus departamentos incluidos.
Si una provincia no alcanza con el porcentaje de departamentos que
cumplan con ese criterio de IPI mayor o igual que 7, se incorporarán
los que le siguen en nivel de vulneración hasta completar el umbral
mínimo. En función de los criterios mencionados, la selección de los
departamentos a intervenir se formalizará en los convenios de adhesión
que se suscriban con cada jurisdicción.
2.4 Población destinataria
El Programa está dirigido a la
primera infancia,
desde el embarazo hasta los 48 meses de edad en Centros de Desarrollo
Infantil y hasta 36 meses en Servicios de Acompañamiento Familiar, en
los departamentos priorizados por IPI. De igual forma, se beneficiará a
las
familias de los niños que
asisten a los CDI o que participan en los SAF. Asimismo, el personal
del Programa —cuidadores, docentes, auxiliares, directivos en CDI, así
como de las unidades del SAF y equipos técnicos de gestión provincial—
se considera beneficiario indirecto.
2.5 Priorización e Inclusión Social
El Programa prioriza a grupos poblacionales vulnerables mediante la
incorporación de medidas específicas para garantizar la inclusión
social y la equidad. Se implementan acciones concretas para abordar las
necesidades de:
•
Pueblos originarios: se
identifican los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) y Servicios de
Acompañamiento Familiar (SAF) que atienden a esta población para
facilitar su acceso y mejorar la calidad de la atención. Se trabaja en
colaboración con referentes comunitarios para la elaboración de planes
con perspectiva intercultural y se capacita a los equipos en prevención
de la discriminación.
•
Personas con discapacidad: se
aborda la dificultad de acceso a una atención de calidad en los CDI y
SAF, articulando con organizaciones de la sociedad civil para el diseño
de planes estratégicos, la elaboración de lineamientos para un Servicio
de Acompañamiento Familiar inclusivo, la adaptación de los planes de
formación y la mejora de la accesibilidad en la plataforma digital.
•
Poblaciones rurales dispersas o en zonas de difícil acceso:
se identifican los CDI y SAF que enfrentan barreras geográficas,
promoviendo el abordaje de estas problemáticas a través de los equipos
territoriales de la Subsecretaría de Políticas Familiares (SSPF).
•
Otros grupos: se incluyen medidas para
personas afrodescendientes y migrantes,
brindando capacitaciones a los equipos de gestión y de cuidado en CDI y
SAF sobre la prevención de la discriminación, la estigmatización y la
xenofobia.
2.6 Sostenibilidad Ambiental y Gestión de Riesgos
En el marco de la implementación del Programa, se reconoce la
importancia de garantizar la sostenibilidad ambiental y la inclusión
social en todas las actividades. El Programa adopta medidas para
identificar, prevenir, mitigar y gestionar los potenciales riesgos
sociales y ambientales asociados a su ejecución. Para ello, se
promoverán las siguientes acciones:
•
Fortalecimiento de la accesibilidad:
se busca mejorar las condiciones que favorezcan la equidad y el respeto
a la diversidad cultural en los CDI y SAF, asegurando la inclusión
efectiva de todos los grupos poblacionales mencionados.
•
Implementación de mecanismos de gestión: se aplican acciones de mitigación proporcionales al riesgo identificado, conforme a los procedimientos y normativas vigentes.
•
Articulación y participación: se
establecen mecanismos de información y participación para que los
actores involucrados (referentes comunitarios, equipos técnicos y
familias) puedan acceder a instancias de consulta, acompañamiento y
canales de atención para reclamos o sugerencias.
3. Ruta de Implementación
3.1 Esquema de incentivos financieros a las provincias
La implementación del PFPI se estructura a partir de dos componentes
integrados y complementarios: la mejora de la calidad de los Centros de
Desarrollo Infantil (CDI) y el Servicio de Acompañamiento Familiar
(SAF). Ambos persiguen el objetivo común de promover el desarrollo
integral de niños desde el embarazo hasta los 48 meses, articulando
intervenciones conjuntas entre la Nación, la Provincia y los entornos
institucionales y familiares, según corresponda en cada componente.
El esquema de financiamiento del PFPI contempla modalidades
diferenciadas de pagos para cada uno de sus componentes, en función de
su lógica operativa. En el caso del componente de mejora de la calidad
de los CDI, los pagos de cápitas o voucher correspondientes a cada niño
se transfieren de manera centralizada al responsable designado de cada
centro, a través de tarjetas prepagas con uso restringido y nominadas a
su nombre. Esta modalidad garantiza la llegada efectiva de los recursos
al nivel operativo, asegurando su utilización exclusiva en gastos
vinculados al funcionamiento regular del CDI y al cumplimiento de los
planes de mejora de calidad.
Asimismo, en el componente de Servicio de Acompañamiento Familiar,
prevé pagos a las provincias, quienes serán las responsables de la
ejecución de este componente. Las Provincias tendrán plena
responsabilidad de la implementación en el territorio, el contrato de
los profesionales, sus traslados y demás aspectos operativos. El pago
de este componente será en función de la cantidad de familias
efectivamente acompañadas y registradas en el Sistema. En ambos casos,
los pagos se encuentran sujetos a verificación semestral y requieren la
presentación de documentación respaldatoria específica que permita
validar los avances declarados y habilitar las transferencias
correspondientes.
Para cada uno de los componentes, la Nación acordará con la provincia,
mediante un convenio marco, un monto total de cápitas o vouchers
mensuales disponibles a transferir, así como un máximo de familias a
acompañar.
Por otro lado, el PFPI adopta un esquema de implementación progresiva
basado en el cumplimiento de hitos semestrales, que funcionan como
mecanismos de incentivo para la provincia y refuerzan positivamente la
obtención de resultados esperables en la ejecución de ambos
componentes. Estos hitos atraviesan transversalmente los dos
componentes del Programa y actúan como disparadores de asistencia
financiera asociada a logros concretos en cada uno de ellos.
Cada hito representa un momento clave en la implementación del
Programa: desde la adhesión formal y la planificación estratégica
provincial, los registros de los CDI y sus avances en la calidad, así
como también las estrategias de acompañamiento familiar y la
capacitación. Esta lógica de incentivos busca alinear la asignación de
recursos con el desempeño real de las jurisdicciones, premiando los
avances sustantivos en la gestión y ejecución de las políticas públicas
orientadas a la primera infancia.
Las transferencias vinculadas al cumplimiento de hitos están
supeditadas a un proceso de evaluación semestral por parte de la
Rectoría Nacional. Para su efectivización las provincias deberán
presentar evidencia documental específica, la cual se detalla en el
apartado de rendición de cuentas.
El proceso se inicia con el momento 0 de Adhesión Formal, donde la
provincia formaliza su incorporación al PFPI mediante la firma de un
convenio con la Rectoría Nacional. Este paso fundamental no implica un pago financiero inicial.
Posteriormente, la provincia debe alcanzar el
Hito 1: Documento Base Provincial.
El resultado concreto aquí es la elaboración de un plan estandarizado
para el período 2025-2027, que detalla la institucionalidad asignada al
PFPI, la conformación de un equipo de gestión provincial responsable
con roles definidos (incluyendo coordinación, un responsable de
monitoreo, de Servicio de Acompañamiento Familiar, de Calidad de los
Centros de Desarrollo Infantil (CDI), de capacitación y de apoyo
administrativo), y el compromiso formal de elaborar planes operativos
para la mejora de la calidad de los CDI, de Servicio de Acompañamiento
Familiar y una estrategia de capacitación. La consecución de este hito
habilita un pago único a la provincia.
El Hito 2: Mejora de la Calidad del CDI
exige resultados progresivos. Inicialmente, la provincia debe poner en
marcha y registrar operativamente los CDI. Esto se evidencia con la
presentación del Plan Operativo de Mejora de la Calidad para los CDI,
la firma de actas de adhesión/declaración jurada con cada CDI y la
carga, en el Sistema de Información, monitoreo y evaluación, de la
nómina de niños y la fuerza laboral de cada CDI incluido en el
Programa. El objetivo concreto para el primer semestre es que los CDI
incluyan al menos el 10% de las cápitas o vouchers elegibles de la
provincia. En los semestres subsiguientes, se busca la actualización
continua del CDI y sus nóminas y un incremento progresivo de la
cobertura de cápitas o vouchers elegibles provinciales: se exige un
cumplimiento mínimo del 25% en el segundo semestre, 50% en el tercero,
75% en el cuarto y 100% en los semestres posteriores.
Para el Hito 3: Puesta en Marcha del Servicio de Acompañamiento Familiar,
el resultado concreto es la presentación y validación de un Plan de
Implementación del Servicio de Acompañamiento Familiar a nivel
provincial. Este plan debe ser exhaustivo y detallar los departamentos
de intervención priorizados para la modalidad acompañamiento familiar
(AF), la identificación del área gubernamental responsable, la
definición de la estructura de los equipos de AF (incluyendo perfiles
profesionales), la modalidad de selección y permanencia de las familias
que participarán, la implementación de la estrategia territorial de
abordaje de cada una de las familias acompañadas por parte del equipo
provincial y la supervisión de dicha estrategia, el mecanismo de
seguimiento de cada familia participante, y los mecanismos para el
registro y comunicación de los procesos de acompañamiento completados
para su cobro por parte de las facilitadoras junto con la recepción y
gestión de quejas y reclamos. El logro de este hito genera un pago
único a la provincia.
El Hito 4: Capacitación de la fuerza laboral del PFPI,
también contempla resultados progresivos. Inicialmente, el resultado
esperado es la aprobación del curso "Introducción al PFPI" por parte de
todo el equipo de gestión provincial, y la entrega de un proyecto de
capacitación diseñado para abordar, de manera escalonada, los diversos
perfiles de la fuerza laboral que participa en el Programa.
Posteriormente, en los semestres subsiguientes, se mide el porcentaje
de la fuerza laboral que ha completado la formación específica
correspondiente a su rol, exigiendo un 30% de la misma en el segundo
semestre, 50% en el tercero, 75% en el cuarto y 100% en el quinto
semestre evaluado. La capacitación se considera un proceso continuo con
una plataforma de formación nacional que garantiza acceso a
actualizaciones anuales.
Finalmente, el
Hito 5: Seguimiento de la calidad del CDI,
se enfoca en la mejora continua de la calidad de los CDI. El resultado
concreto para el cumplimiento de este hito en el primer semestre es que
el 70% de los CDI bajo el Programa cuenten con planes de mejora
aprobados a nivel provincial y validados por la Rectoría Nacional. De
forma progresiva, se requiere el registro de avances en la
implementación de los planes de mejora en al menos el 25% de los CDI
que están bajo el Programa a partir del segundo semestre,
incrementándose la exigencia a un mínimo del 40% en semestres
posteriores.
La planificación de las metas se extiende a lo largo de dos años.
Transcurrido dicho período desde la creación del Programa, se realizará
una evaluación destinada a medir el desempeño de las provincias y, en
función de los resultados obtenidos, se programarán nuevas metas. La
verificación de los hitos se realiza de manera semestral por parte de
la Rectoría Nacional, que audita el cumplimiento de los objetivos. Es
importante destacar que el presupuesto no es fijo, sino que se
construye sobre la base del desempeño y el logro de los objetivos en
cada hito. Las provincias percibirán pagos por cada hito alcanzado, y
estos pagos son independientes y no están condicionados entre sí. El
pago se efectiviza únicamente si se verifica el cumplimiento del hito.
En caso de que una provincia no logre alcanzar los objetivos de un
semestre, no recibirá el pago correspondiente, pero podrá buscar la
verificación y el pago en un semestre posterior.
3.2 Mejora de la Calidad de CDI
La mejora de la calidad de los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) es
un pilar esencial del Programa Federal de Primera Infancia (PFPI), cuyo
propósito es elevar los estándares de los servicios brindados para
garantizar el desarrollo integral de niños durante la primera infancia.
El componente busca optimizar una serie de aspectos críticos, que
incluyen las interacciones, las prácticas pedagógicas, la atención en
nutrición y salud, la organización de rutinas y ambientes de
aprendizaje, la capacitación del personal, y los procedimientos para la
participación activa de cada familia y de la comunidad. En última
instancia, el objetivo es generar un impacto positivo y significativo
en el desarrollo cognitivo, social, emocional y físico de los niños
atendidos en estas áreas vulnerables del país, apoyándose en planes de
mejora específicos.
Tras la elaboración del plan provincial y la adhesión de los CDI al
PFPI (mediante actas de adhesión o declaraciones juradas en caso de que
el CDI sea de gestión provincial), se inicia el proceso de elaboración
e implementación de los planes de mejora por cada CDI.
El modelo de calidad del PFPI se articula en dos ejes interdependientes: la
Calidad de los Procesos y la Calidad Estructural.
•
Calidad de los Procesos: se
concentra en las interacciones y experiencias que tienen lugar dentro
del CDI. Busca optimizar las relaciones cálidas y respetuosas entre
adultos y niños, implementar prácticas pedagógicas adecuadas,
garantizar una alimentación saludable y acceso a la atención básica de
salud, organizar rutinas predecibles, promover la participación de las
familias y articular con otros servicios comunitarios. Además, se
adaptan las prácticas para atender las necesidades de todos los niños,
incluidos aquellos con discapacidades o de diversos contextos
culturales.
•
Calidad Estructural: se
refiere a los elementos tangibles y organizativos del centro.
Garantizar un entorno físico seguro, limpio y accesible, con
equipamiento adecuado; una ratio apropiada de personal por niño; y la
formación continua del personal en desarrollo infantil temprano, que es
proporcionada por la Rectoría Nacional. Esta dimensión también abarca
la existencia de protocolos claros sobre seguridad, salud, higiene,
inclusión y participación familiar, y medidas de prevención de
violencia o negligencia.
Para apoyar la implementación de los procesos de mejora a nivel
provincial y en los propios CDI, la Rectoría Nacional del PFPI ha
desarrollado y proporciona un conjunto de instrumentos de gestión
estandarizados. En este sentido, brinda asistencia técnica a las
provincias para asegurar la correcta aplicación de estos instrumentos
clave, entre los que se incluyen:
•
Formulario de registro del CDI:
se utiliza para la carga inicial y caracterización de los CDI en el
Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación. Esto establece la línea
de base y permite el seguimiento del cumplimiento de los planes de
mejora de los CDI.
•
Plan Operativo Provincial de Mejora de Calidad del CDI:
es un documento que detalla la planificación de la provincia y la forma
en que brindará apoyo técnico para la formulación, desarrollo y
seguimiento de los planes de mejora de cada CDI.
•
Guía de calidad del CDI: es
un instrumento proporcionado para orientar y estandarizar la gestión de
calidad en los CDI, sirviendo IF-2025-121547624-APN-SSPF#MCH como marco
de referencia para las prácticas y procesos.
•
Plan de Mejora de la Calidad por CDI: es
una herramienta elaborada por cada CDI con el apoyo técnico de la
provincia. Una vez elaborados, estos planes deben ser aprobados a nivel
provincial y verificados por la Rectoría Nacional.
•
Instrumento de Verificación de Avances en la Calidad del CDI: Es
una herramienta de evaluación estandarizada, con dimensiones, criterios
e indicadores, diseñada para medir los avances en los planes de mejora.
Este instrumento facilita la validación de resultados, incluyendo la
aprobación del complemento por eficacia en gestión de calidad de CDI.
Los medios de verificación (registros, fotos o informes técnicos) se
cargan en el Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación para
asegurar la trazabilidad.
Los CDI que se integran al Programa deben cumplir con criterios de
inclusión específicos para asegurar un nivel mínimo de estándares
operativos y organizativos. Estos criterios consideran aspectos como la
capacidad de los CDI para implementar prácticas de cuidado y
estimulación adecuadas, condiciones de seguridad óptimas y de recursos
disponibles, así como la formación y experiencia del personal a cargo.
Al aplicar estos criterios, se busca asegurar que los CDI seleccionados
sean capaces de sostener un proceso de mejora de la calidad de la
atención para favorecer el DIT, en línea con los objetivos del Programa.
La provincia, en su carácter de implementador del PFPI, deberá tomar
los recaudos suficientes a los efectos de la verificación del
cumplimiento de los criterios de inclusión al Programa sea cual sea el
responsable de la gestión institucional del mismo (provincial,
municipal o de ONG).
Los criterios serán los siguientes:
1. Pertenencia a distritos priorizados
Los CDI deberán estar localizados en distritos priorizados, conforme a los criterios incluidos en el IPI 7 o más.
2. Estándares mínimos de seguridad
• Habilitación gubernamental correspondiente (municipal o provincial) o
autorización de uso conforme a la normativa vigente en cada localidad.
• Seguro de responsabilidad civil vigente.
3. Mínimo de niños inscriptos (Requisitos de matrícula)
Los CDI seleccionados deberán contar con una matrícula mínima de veinte
(20) niños inscriptos. Se dará prioridad a los CDI con una matrícula de
al menos 50 niños inscriptos.
4. Horario de operación
Los CDI deberán garantizar la continuidad y regularidad en la atención
brindada, operando al menos de lunes a viernes, con un horario mínimo
de cuatro (4) o más horas diarias, de manera continua y permanente en
los ciclos lectivos.
5. Personal con formación específica
Cada CDI deberá contar con al menos una persona con formación académica
específica en Primera Infancia —terciaria, superior o una
especialización—, o una amplia experiencia de trabajo comprobable en
educación y cuidado de la Primera Infancia. Es deseable que esta
persona sea quien supervise las prácticas de cuidado, estimulación y
pedagogía del CDI.
En tanto, la autoridad a cargo del CDI será responsable de la
implementación de estrategias alineadas con los estándares de calidad
establecidos por el Programa.
Documentación que la provincia deberá solicitar, corroborar y acreditar
Para la efectivización de la mejora de calidad del CDI, cada centro
adherido recibe una cápita o voucher mensual de cuarenta y cinco mil
pesos argentinos ($45.000) por cada niño menor de 48 meses que asista
regularmente y se encuentre registrado dentro del Sistema de Monitoreo,
información y evaluación. Además, se otorga un complemento por eficacia
de siete mil pesos argentinos ($7.000) mensuales por niño en función a
la verificación de los avances en los planes de mejora de calidad.
Estos fondos están destinados exclusivamente a gastos operativos del
CDI a través de tarjetas precargadas con uso restringido, asignadas al
responsable del CDI.
Para acceder a la cápita o voucher y el complemento por eficacia, los
CDI deben presentar semestralmente una Declaración Jurada de Fondos, un
Informe Técnico de Avance del Plan de Mejora y la nómina actualizada de
niños asistentes cargada en el sistema. La consistencia del listado de
beneficiarios será responsabilidad de cada provincia. Esto implica
garantizar que no haya registros duplicados o inconsistencias en la
nómina.
Cabe mencionar que el Programa mantendrá contacto con las familias
beneficiarias para asegurar que las prestaciones informadas por el CDI
y validadas por la provincia se están cumpliendo efectivamente.
3.3 Servicio de Acompañamiento Familiar (SAF)
Este componente prioriza el desarrollo psico-neurológico-cognitivo y
socio-afectivo de los niños a partir de prácticas de crianza positivas
y seguras con sus adultos cuidadores. Los destinatarios directos de las
acciones de Acompañamiento Familiar es la díada niño-adulto con la
mediación de una persona facilitadora y formada, para encarar el
proceso. La etapa etaria priorizada es, desde el tercer trimestre de
gestación hasta los 36 meses de vida inclusive.
Se entiende por “Desarrollo Infantil Integral” al proceso dinámico a
partir del cual los niños alcanzan progresivamente el máximo de su
potencial partiendo de su específico ambiente y las particulares
condiciones nutricionales, neurológicas y afectivas suficientes, que
les faciliten alcanzar niveles cada vez más complejos expresados en sus
áreas motoras, cognitivas, lingüísticas, socio afectivas y vinculares.
Se reconoce la importancia determinante que los primeros años de vida
constituyen una etapa fundacional del desarrollo ulterior.
Las estrategias de acompañamiento principales para alcanzar esos
objetivos incluyen: a) visitas familiares, que se pueden desarrollar en
los hogares o en espacios comunitarios acordados; b) acciones
comunitarias de capacitación y sensibilización y c) la articulación
activa con diferentes áreas de protección social, salud, educación y
otros organismos a nivel local, provincial y nacional, para garantizar
un abordaje integral de las necesidades de las familias.
Las autoridades provinciales, en diálogo con las autoridades
municipales de los departamentos seleccionados en caso de ser
necesario, deberán concretar las siguientes acciones: i) constituir los
equipos técnicos territoriales denominados “Unidad de Acompañamiento
Familiar” (UAF) conformados por hasta cinco (5) personas, que
desarrollarán: tareas de coordinación, promoción comunitaria y
técnico-profesionales, en especial el desarrollo de los “diseños
curriculares” por ciclos; ii) disponer de un espacio físico para que
puedan establecer su base de operaciones; iii) facilitar las
actividades de capacitación presenciales y virtuales; iv) colaborar en
la búsqueda y acondicionamiento de espacios físicos para los encuentros
con cada familia y la comunidad; v) instrumentar los medios de
verificación para el registro de las visitas familiares y los
encuentros comunitarios; vi) informar a la Rectoría Nacional del
Programa en el ámbito de la SSPF, la concreción de las actividades
planificadas y todo otro dato que requiera el Sistema de Monitoreo y
evaluación; vii) atender toda cuestión contractual o situación laboral
de los equipos humanos que intervengan en el desarrollo del componente.
Cada familia registrada dentro del componente de Servicio de
Acompañamiento Familiar deberá participar de dos tipos de
intervenciones: nueve (9) visitas familiares y cuatro (4) encuentros
comunitarios. Para las mujeres embarazadas y su entorno afectivo están
previstas dos (2) actividades comunitarias específicas. El equipo
técnico local arbitrará los medios para que cada familia pueda
recuperar las actividades no realizadas por inasistencia u otro motivo
y propondrá qué familias deberán proseguir con actividades, en orden a
fortalecer logros de aprendizaje en los niños.
La Rectoría Nacional del Programa acompañará a las provincias en la
observación y mantenimiento de la calidad de las acciones antes
descritas, brindando asistencia técnica y formación continua
especializada toda vez que la provincia lo requiera.
El contenido de los servicios ofrecidos contempla un abordaje integral,
reconociendo y valorando las particularidades que presenta cada niño y
su familia, como así también, en los distritos con riesgos climáticos
identificados y el asesoramiento específico para mitigar su impacto.
Para garantizar la adecuada ejecución y financiamiento del componente,
los convenios establecerán la obligación provincial de remitir a la
SSPF la declaración jurada provincial, que deberá detallar la cantidad
de familias acompañadas, la cual se cotejará con la documentación
registrada en el Sistema de Información, monitoreo y evaluación. La
Rectoría Nacional realizará transferencias de fondos a las provincias
basándose en un costo unitario del ciclo de las visitas familiares y
comunitarias definidas como obligatorias.
4. Gestión administrativa
4.1 Montos y modalidad de pago
Los recursos financieros del PFPI se destinan a los siguientes
objetivos específicos: incentivos a las provincias ante el cumplimiento
de los hitos propuestos, al pago de cápitas o vouchers, al complemento
por eficacia en gestión de calidad de CDI, al Servicio de
Acompañamiento Familiar. A continuación, se detallan los objetivos
considerados:
•
Hitos provinciales: el monto
asignado a cada hito se detalla en el convenio firmado entre la Nación
y la provincia, describiendo también los medios de verificación que
acreditan su cumplimiento.
•
Cápita mensual por niño: Pago
de cuarenta y cinco mil pesos argentinos ($45.000) mensuales por cada
niño de hasta 48 meses que asista regularmente a los Centros de
Desarrollo Infantil (CDI).
- Complemento por eficacia en gestión de calidad:
Pago adicional de siete mil pesos argentinos ($7.000) mensuales por
niño, condicionado al cumplimiento de los objetivos definidos en los
Planes de Mejora de Calidad específicos de cada CDI.
•
Servicio de Acompañamiento Familiar: Pago
de cuatrocientos cincuenta mil pesos argentinos ($450.000) por familia
acompañada. Se computará como familia acompañada a la tríada niño,
adulto responsable y facilitador, que hayan culminado el currículo de
visitas contempladas como obligatorias (tanto familiares o grupales y
comunitarias) según el Programa y hayan sido validadas por la Rectoría
Nacional.
La modalidad de los pagos es la siguiente:
Hitos provinciales:
Transferencia directa a la cuenta bancaria abierta por la provincia
para uso exclusivo de percepción de fondos del Programa, posterior a la
validación por parte de la SSPF del cumplimiento de cada hito
específico.
Cápita o voucher mensual y complemento por eficacia gestión de calidad:
Transferencias semestrales acreditadas en tarjetas precargadas,
asignadas de manera nominada a cada responsable designado por el CDI en
el acta de adhesión/declaración jurada. Estas tarjetas están
configuradas para un uso restringido en ciertos rubros, para orientar
su utilización en gastos operativos.
Los CDI reciben una cápita o voucher que se devenga
5
mensualmente y se liquida y paga semestralmente. El cómputo del periodo
se inicia a partir de la efectiva disponibilidad de fondos en la
tarjeta precargada.
Servicio de Acompañamiento familiar:
Transferencia directa a la cuenta bancaria abierta por la provincia
para uso exclusivo de percepción de fondos del Programa. La provincia
presentará declaraciones juradas con los informes de avances y registro
de familias acompañadas en el semestre anterior. La Rectoría Nacional
validará la información presentada para liquidar el correspondiente
reembolso a la provincia. En caso de que exista una diferencia entre el
registro presentado por la provincia, y la validación de la Nación,
sólo se reembolsará el monto de la cantidad de familias que hayan sido
verificadas.
La transferencia de los fondos será realizada por la DGPYPSYE,
dependiente del MCH, quien conforme las obligaciones y competencias
asignadas en el Manual Operativo de Programa (MOP) y en el Reglamento
Operativo de Programa (ROP) en el marco de los Decretos Nº 1070/24
(préstamo BIRF, Nº 9748-AR) y Nº 1042/24 (préstamo BID, Nº 5953/OC-AR)
respectivamente, previa instrucción de pago emitida por la SNNAYF.
En cuanto a la frecuencia de los pagos se prevé lo siguiente:
Hitos provinciales: la
frecuencia de pagos será semestral. Cada hito opera de manera autónoma,
por lo que los pagos asociados se otorgan únicamente cuando se verifica
su cumplimiento. La evaluación del desempeño provincial se realiza de
forma semestral por parte de la Rectoría Nacional a partir de la
documentación presentada. En caso de no alcanzarse los objetivos
previstos en un determinado semestre, la provincia no accede al pago
correspondiente a dicho hito, aunque podrá solicitar su verificación
nuevamente en evaluaciones posteriores. Los hitos 1 y 3 se pagarán de
forma única dentro del semestre en el que se alcancen. Los hitos 2, 4 y
5 tienen logros asociados a todos los semestres de implementación.
Cápita o voucher mensual y complemento por eficacia gestión de calidad:
La transferencia correspondiente a la cápita fija cuarenta y cinco mil
pesos argentinos ($45.000) se devenga mensualmente y se liquida y paga
de forma semestral.
El complemento por eficacia en gestión de calidad de siete mil pesos
argentinos ($7.000) se paga también semestralmente, posterior a la
presentación del Plan de Mejora de Calidad del CDI y su efectiva mejora
medida mediante el Instrumento de Verificación de Avances en la Calidad
del CDI.
Servicio de Acompañamiento Familiar: el pago se realizará mediante transferencia de manera semestral.
4.2 Medios de verificación
Para acceder a la transferencia correspondiente a los hitos, la
provincia deberá presentar semestralmente los avances comprometidos,
los cuales serán verificados y validados por la Rectoría Nacional a fin
de convalidar la liquidación de los pagos asociados.
Dicha presentación de avances se verificará de la siguiente forma:
Hito 1:
○ Presentación del Documento Base Provincial bajo los parámetros
establecidos por la Rectoría Nacional y su correspondiente validación y
la conformación del equipo de gestión Provincial
Hito 2:
○ Presentación del Plan Operativo Provincial de Mejora de Calidad del
CDI bajo los parámetros establecidos por la Rectoría Nacional y su
correspondiente validación (solo en el primer semestre).
○ Registro y actualización de los CDI en el Sistema de Información,
monitoreo y evaluación, asentando las actas de adhesión/declaración
jurada que certifica la incorporación de cada CDI al programa.
○ Carga en Sistema de Información, monitoreo y evaluación de las cápitas o vouchers informadas en cada semestre.
○ Actualización en el Sistema de Información, monitoreo y evaluación de las cápitas o vouchers registradas previamente.
○ Carga en el Sistema de Información, monitoreo y evaluación la totalidad de la fuerza laboral de los CDI registrados.
Hito 3:
○ Presentación del Plan de Implementación de Servicio de Acompañamiento
Familiar y su correspondiente validación de la Rectoría Nacional (solo
en el primer semestre).
○ Asignación de roles y registro de los equipos asignados para los SAF (solo en el primer semestre).
Hito 4:
○ Presentación del proyecto de capacitación bajo los parámetros
establecidos por la Rectoría Nacional y su correspondiente validación
(solo en el primer semestre).
○ Asignación de roles y designación del equipo formador de formadores (solo en el primer semestre).
○ Registro de avance acordado de la fuerza laboral capacitada y certificada en la plataforma de capacitación nacional.
Hito 5:
○ Presentación de informes de avance en los planes de mejora de CDI
bajo los parámetros establecidos por la Rectoría Nacional y su
correspondiente validación.
○ Validación de la Rectoría Nacional de avances en el plan de mejora
del CDI presentados mediante declaración jurada y verificados por la
provincia.
Cápitas o Vouchers
○ Declaración Jurada de aplicación de fondos firmada por el responsable del CDI y el Equipo de Gestión Provincial.
○ El registro y posterior actualización de la nómina de niños en el Sistema de Información, monitoreo y evaluación.
○ Presentación de Plan de Mejora de Calidad del CDI
Complemento por eficacia en gestión de calidad
○ Efectiva mejora de la calidad del CDI medida mediante el Instrumento de Verificación de Avances de la Calidad del CDI.
Servicio de Acompañamiento Familiar
○ Declaración Jurada de la provincia, la cual detalla la cantidad de
familias acompañadas en el semestre previo, cotejada con la carga de
documentación requerida en el proceso de acompañamiento de dicha
familia en el Sistema de Información, monitoreo y evaluación.
4.3 Destino de los fondos y Rendición de cuentas
El monto del pago de cápitas o vouchers y el complemento por eficacia
en gestión de calidad que percibe cada CDI deberá ser destinado
exclusivamente a los gastos operativos de las actividades que se
desarrollan dentro del CDI y hacen a su propia ejecución. Todo lo
adquirido debe ser con destino al CDI o a los niños que asisten al
mismo, o al equipo de trabajo (cuidadores, colaboradores) en el ámbito
de sus tareas y actividades en el CDI.
La utilización de los fondos transferidos en concepto de Servicio de
Acompañamiento Familiar es contemplada como reembolsos por cumplir con
la prestación efectiva de los equipos técnicos territoriales de la UAF,
así como los materiales, viáticos, y elementos requeridos para la
ejecución de las visitas, encuentros comunitarios y capacitaciones.
Para la rendición de cuentas, en el caso de los Hitos, la provincia
deberá remitir una nota formal firmada por las autoridades competentes,
en la que conste la confirmación de la recepción de los fondos
transferidos en concepto de Hitos.
Posteriormente, y en un lapso no mayor a 60 días, la provincia deberá
enviar el acto administrativo que acredite la efectiva imputación
presupuestaria de los recursos a la partida específica destinada a
políticas de promoción y protección de la niñez.
La rendición de cuentas por las transferencias de cápitas o vouchers se
efectúa mediante la recepción de la Declaración Jurada de Aplicación de
Fondos, firmada por el responsable del CDI y el Equipo de Gestión
Provincial.
La rendición de cuentas por las transferencias referidas al componente
de Servicio de Acompañamiento Familiar se efectúa mediante la
Declaración Jurada de la provincia, la cual detalla la cantidad de
familias acompañadas.
5. Monitoreo y trazabilidad financiera
5.1 Sistema de Información, monitoreo y evaluación
Para asegurar la efectividad y transparencia del Programa, el
Sistema de Información, monitoreo y evaluación
es la herramienta fundamental para la implementación, el seguimiento y
la mejora continua. Tiene como objetivo fundamental crear las
condiciones necesarias para integrar o interoperar con los sistemas de
información y bases de datos de las diversas provincias. Esto se
realiza con el fin de evitar la doble carga y reducir los desincentivos
asociados al registro de información sobre la atención a la primera
infancia. Reconociendo que cada provincia cuenta con métodos y
procedimientos distintos para el registro de esta información, el
diseño del sistema se centra en analizar esos datos de manera
integrada; esto facilitará una transición fluida y eficiente hacia un
sistema de información unificado y funcional.
En efecto, el sistema desempeña tres funciones claves en el marco del
Programa, que potenciarán su efectividad en la implementación
intersectorial y convergencia de niveles de gobierno.
• Garantiza el seguimiento del PFPI en las provincias, incluyendo un
sistema de alertas que advertirá sobre problemas o nudos críticos en la
implementación en general, y de sus intervenciones priorizadas en
particular.
• Permite una eficaz rendición de cuentas, proporcionando a diferentes
actores involucrados y otras partes interesadas una visión clara del
alcance y desempeño del Programa en su conjunto.
• Facilita el uso de evidencia en la mejora de la política pública, a
través de la generación de una amplia gama de reportes y tableros
orientados a diferentes perfiles y niveles de interés y decisión. Estos
reportes no solo informarán sobre los logros alcanzados, sino que
también brindarán a los agentes locales —por ejemplo, los equipos de
gestión de los CDI, las unidades de acompañamiento familiar y los
equipos de gestión provincial— información de utilidad para la mejora
continua de la implementación a nivel territorial. Esto permitirá que
los datos recopilados se traduzcan en acciones concretas para optimizar
la calidad de los servicios de atención a la primera infancia.
5.2 Control de gestión de calidad técnica y financiera
Tiene como objetivo garantizar el cumplimiento de los compromisos
asumidos por las provincias, los CDI en el Plan de Mejora de la Calidad
y el fortalecimiento y expansión de los Servicios de Acompañamiento
Familiar. Para ello, se establece un sistema de control y seguimiento
territorial en la implementación del Programa que lleva adelante la
Provincia, en el ámbito de su jurisdicción. Por otra parte, en el nivel
central de operación del Programa, la Rectoría Nacional verifica el
cumplimiento mediante un sistema de control integral.
La provincia tiene como responsabilidad ejercer de manera primaria e
indelegable las acciones de control sobre la totalidad de los CDI que
participan del Programa mientras que la Rectoría Nacional lleva
adelante su responsabilidad de ejercer el control de la gestión de la
calidad técnica y financiera de la implementación provincial, a través
de un sistema de control estructurado en siete ejes fundamentales:
1. Monitoreo Técnico-Financiero
Informes Técnicos Periódicos:
• Elaborados por el Equipo de Gestión Provincial (EGP), con avances en
el Plan de Mejoras, verificación del funcionamiento de los CDI y de las
UAF.
• Declaraciones Juradas de Aplicación de Fondos: Firmadas por los responsables del CDI y la EGP, detallando el uso de fondos
• Plataforma de Pagos con Tarjetas Precargadas:
o Control en tiempo real por el usuario raíz de la SNNAYF, con
condicionamiento parametrizado de tarjeta precargada que se le otorga
al CDI por:
■ Rubro de negocio.
■ Ubicación geográfica del CDI.
■ Restricciones de extracción en cajeros.
■ Límites de montos por operación.
■ Cereo de tarjeta.
■ Controles reactivos de operaciones.
2. Acompañamiento Técnico In Situ
Visitas de Personal de la Rectoría Nacional: Verificación física del
cumplimiento de objetivos y recolección de datos cualitativos.
3. Auditoría Interna
Unidad de Auditoría Interna del Ministerio de Capital Humano y/o
Auditoría Sectorial de la SNNAYF y/o SIGEN: Auditorías planificadas
(anuales) y no planificadas (a requerimiento).
4. Auditorías Externas
Se llevan adelante mediante la Auditoría General de la Nación conforme
las facultades acordadas en la Ley N.º 24.156 de Administración
Financiera y de los Sistemas de Control del Sector Público Nacional.
5. Verificación remota y geolocalizada
• Interfaz para el registro de fotografías geolocalizadas:
o Evidencia digital de actividades ejecutadas en los CDI.
o Integración con la plataforma de gestión para detectar inconsistencias.
o Evidencia digital de visitas familiares y comunitarias.
6. Controles aleatorios de documentación
Se prevé un esquema de controles aleatorios de documentación, a saber:
•
Declaraciones Juradas y comprobantes
o Verificaciones cruzadas entre plataforma de pagos y comprobantes
escaneados/físicos a solicitud de Rectoría Nacional (facturas, tickets,
etc.).
•
Controles aleatorios: Para
optimizar recursos, se implementarán controles aleatorios basados en
muestreo estadístico. La verificación del uso de fondos se realizará
mediante chequeos cruzados aleatorios entre las declaraciones juradas
de aplicación de fondos presentadas por cada CDI y los reportes de la
plataforma de pagos. Este muestreo se diseñará utilizando criterios
estratificados para asegurar su representatividad.
7. Esquema de alertas tempranas. Control concomitante de los gastos
Durante la ejecución semestral de los fondos, se realizarán controles
aleatorios reactivos de operaciones en la plataforma de pagos respecto
de gastos realizados en tiempo real por el CDI.
Para ello, se requerirá aleatoriamente a los CDI durante la ejecución
semestral de fondos, la remisión de comprobantes de gastos por medio
digital a la Rectoría Nacional para cotejar con el registro de gasto en
la plataforma de pagos. A través de este tipo de controles se refuerza
el cumplimiento normativo y se previenen irregularidades en el entorno
financiero y operativo.
El equipo técnico de la Rectoría Nacional definirá un cronograma
semestral de actividades de revisión en función de los siete ejes
mencionados previamente, elaborando una estrategia de control que
contempla una mixtura de los mismos para lograr un eficiente control y
detección de irregularidades. Dicha estrategia tiene el objetivo de
organizar las tareas, asignar responsables y plazos, realizar un
seguimiento sistemático, detectar desvíos a tiempo y dejar registro
formal de cada instancia. Este cronograma constituye una herramienta
clave para garantizar la trazabilidad, la rendición de cuentas y el
fortalecimiento del control.
Por otro lado, la provincia tiene como responsabilidad ejercer de
manera primaria e indelegable las acciones de control sobre la
totalidad de los CDI que participan del Programa a través de:
• Reportes periódicos y la coordinación con la Rectoría Nacional:
La provincia, a través de la EGP, será responsable de reportar a la Rectoría Nacional sobre el estado de avance del Programa.
Estos reportes incluirán los resultados de las verificaciones, las
acciones tomadas y el estado general del Programa y sus componentes.
• Colaboración con Auditorías Internas y Externas:
La provincia colaborará activamente con las auditorías internas
(realizadas por la Unidad de Auditoría Interna), facilitando toda la
información y accesos necesarios que le sean requeridos.
• Conservación Documental de Respaldo:
La provincia deberá asegurar que los CDI conserven todos los
comprobantes de gastos y documentación de respaldo por el plazo legal
requerido (mínimo de 10 años).
El enfoque es garantizar una supervisión integral, eficiente y basada en criterios objetivos.
5.3 Incumplimientos, sanciones y permanencia en el Programa
El equipo técnico de la Rectoría Nacional realizará fiscalizaciones y
aplicará sanciones ante incumplimientos o irregularidades detectadas en
la implementación del PFPI por parte de las provincias involucradas.
Ante la detección de incumplimientos o irregularidades, se notificará
formalmente a la provincia para su regularización. Evaluados los
descargos presentados y, en caso de persistir la situación observada,
se dará curso a la aplicación de las sanciones contempladas.
En caso de que la provincia no presente la documentación que respalde
la imputación presupuestaria a partidas específicas destinadas a
políticas de promoción y protección de niñez de las transferencias
recibidas en concepto de hitos, se dispondrá la suspensión del pago de
los hitos subsiguientes.
En caso de subsanar dicha irregularidad, se dará curso nuevamente al
pago de los incentivos de hitos a la provincia. Por el contrario, si la
provincia no puede acreditar la imputación de fondos, deberá reintegrar
dicho monto a la cuenta que la Rectoría Nacional determine. En caso de
que esta irregularidad no sea subsanada mediante ninguno de los
procesos mencionados previamente, la provincia podrá ser excluida del
pago de todos los hitos de manera definitiva.
La permanencia de los CDI en el Programa está condicionada al
mantenimiento de la matrícula activa, la presentación semestral de los
avances de los Planes de Mejora, el cumplimiento de las normativas de
habilitación y seguro de responsabilidad civil, y la aprobación en los
procesos de monitoreo, evaluación y rendición de cuentas.
El incumplimiento de estas condiciones será notificado formalmente al
CDI por parte de la provincia. A partir de dicha notificación, se
evaluará la situación particular del CDI conforme a los criterios
técnicos y normativos del PFPI. En función del análisis realizado, y si
las irregularidades no son subsanadas correspondientemente, la Rectoría
Nacional dispondrá la disminución del 50% de las cápitas o vouchers
totales acordadas para todos los CDI bajo programa por un semestre o
hasta tanto se regularice la situación con los CDI que hayan incurrido
en la irregularidad y éstas procederán a la suspensión de los CDI que
realizaron gastos no elegibles.
En caso de que los CDI devuelvan el monto observado, transfiriendo a la
cuenta designada por la Rectoría Nacional los fondos desviados en
términos de lo enmarcado por el PFPI, será reintegrado al Programa y se
regularizará la transferencia de las cápitas o vouchers acordados con
la provincia.
Por el contrario, si este incumplimiento no se regulariza transcurrido
el semestre, la Rectoría Nacional, mediante la notificación de la
provincia, podrá resolver la exclusión de los CDI del Programa y se
regularizará la transferencia de cápitas o vouchers acordados con la
provincia con el resto de los CDI en cumplimiento.
ANEXO:
Índice de inequidades en la primera infancia
El índice se compone con los siguientes indicadores:
ANEXO:
Declaración Jurada sobre la aplicación de los fondos de cápitas/ vouchers de los CDI
LUGAR Y FECHA:
Asimismo, cumplimos en adjuntar el “Formulario de Relación de
Comprobantes” debidamente firmado por autoridad máxima del CDI y la
autoridad del Equipo de Gestión Provincial.
Adicionalmente, con carácter de declaración jurada, manifestamos que:
• Los fondos recibidos en concepto de cápitas o vouchers fueron
empleados para el objeto del Programa Federal de Primera Infancia.
• Han sido cumplidos los procedimientos requeridos por las normas
provinciales y/o municipales, en materia de administración
presupuestaria, sistema de registración contable, régimen de
contrataciones, reglamento de bienes y que asimismo fueron observadas
las normas de control vigentes en la jurisdicción respectiva.
• La totalidad de la documentación original; respaldatoria del empleo
de los fondos del subsidio, cumple con las formalidades y requisitos
establecidos por la Resolución N° 1415/03 y complementarias, y
modificatorias de la entonces ADMINISTRACIÓN FEDERAL DE INGRESOS
PÚBLICOS, actual AGENCIA DE RECAUDACIÓN Y CONTROL ADUANERO (ARCA).
• La documentación ORIGINAL se encuentra debidamente archivada, en el
domicilio __________(domicilio del organismo gubernamental/no
gubernamental), a disposición de la SECRETARÍA NACIONAL DE NIÑEZ,
ADOLESCENCIA Y FAMILIA, del MINISTERIO DE CAPITAL HUMANO para su
análisis y verificación en el momento que se considere oportuno y
sometidas a las competencia de control previsto en la Ley N° 24.156.
FIRMA DE AUTORIDAD CDI
FIRMAS DE AUTORIDAD EQUIPO DE GESTIÓN PROVINCIAL
FORMULARIO: "RELACIÓN DE COMPROBANTES PARA CDI
Programa Federal de Primera Infancia. Capitas Voucher CDI:
$...........................
La totalidad de la información consignada precedentemente fue realizada sin falsear u omitir dato alguno.
"Los campos de la planilla reflejan fielmente los datos consignados en
cada comprobante de gasto, que a saber son: (1) Individualización del
emisor; (2) CUIT o CUIL del emisor; (3) Tipo de comprobante; (4) Número
de comprobante; (5) Fecha de comprobante; (6) Descripción del rubro
según los rubros autorizados del convenio; (7) Fecha en la que se
cancela el gasto; (8) Número de instrumento -orden de pago o cheque-
con el cual se cancela el gasto; (9) Importe de cada comprobante, y
(10) Sumatoria de la totalidad de los comprobantes.
ANEXO:
Consultas, Reclamos y Denuncias
Consultas y Reclamos:
1. Sitio Web del Ministerio de Capital Humano a través del botón
“Realizá tu consulta”: www.argentina.gob.ar/capital-humano que dirige
al email: consultas@secretarianaf.gob.ar
2. Sitio Web de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia
a través del formulario de consultas:
www.argentina.gob.ar/capital-humano/familia/formulario-de-co nsultas
3. Centro de atención telefónica gratuito: 0800-222-3294
Denuncias:
4. Sitio Web de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia a través del formulario de denuncias:
https://www.argentina.gob.ar/capital-humano/familia/formulario -de-denuncias
Las denuncias solo pueden ingresar a través de usuario con la App Mi
Argentina o RENAPER mediante el número de DNI. Una vez validada la
identidad, el denunciante deberá cargar sus datos personales (nombre,
apellido, dirección), y datos de contacto (email, teléfono) como así
también indicar en relación con qué Programa en ejecución va a efectuar
la denuncia, detallando los hechos que constituyen la irregularidad
objeto de la misma. Finalizada la presentación, el Sistema de Denuncias
generará un número de denuncia que permitirá su identificación y
posterior seguimiento del estado del trámite.
5. Mesa de Entrada de la Secretaría: Puede realizarse
la denuncia de manera presencial en Av. 9 de Julio 1925, Planta Baja,
Ciudad de Buenos Aires. En este supuesto, los agentes de Mesa de
Entradas podrán cargar la denuncia en el portal web mencionado
anteriormente, o bien, brindar al denunciante los datos del enlace,
para que él mismo cargue su denuncia o reclamo en el portal web.
Los canales habilitados podrán ser utilizados por cualquier
beneficiario de los programas sociales bajo la órbita de la Secretaría
de Niñez, Adolescencia y Familia, y terceros que conozcan una
irregularidad y deseen denunciar. Las mismas son registradas y
verificadas a través del contacto de dos empleadas de la Secretaría con
el denunciante, mediante correo electrónico o chat telefónico donde se
presentan las evidencias/pruebas para su seguimiento.
6. Por otro lado, informamos que el canal de contacto
para reclamos y consultas de los empleados de la Subsecretaría de
Políticas Familiares es a través del teléfono 4379-3805 interno 608,
del correo electrónico:
recursoshumanos@secretarianaf.gob.ar o la Mesa de Entradas de la Secretaría en la Av. 9 de Julio 1925, Planta Baja, Ciudad de Buenos Aires.
____________________
1 Araujo, C., & Lopez-Boo, F. (2010). Invertir en
los primeros años de vida: una prioridad para el BID y los países de
ALC. Washington D.C.: Banco Interamericano de Desarrollo.
2 Berlinski, S. y Schady, N. (2015). Los primeros años: El
bienestar infantil y el papel de las políticas públicas. Banco
Interamericano de Desarrollo, BID.
3 Heckman, J. J., Masterov, D. V., The Productivity Argument for Investing in Young Children, NBER Working Paper 13016. 2007.
4 La Ley Nacional de Educación, en el año 2006, reconoce al
nivel inicial como una unidad pedagógica, que comprende a los niños de
45 días a 5 años inclusive. La educación inicial, según la normativa,
se divide en: a) Jardines maternales: las instituciones que atienden a
los niños desde los 45 días hasta los dos años, inclusive; b) Jardines
de infantes: aquellas instituciones que atienden a los niños entre los
tres y los cinco años inclusive; c) Escuelas infantiles: aquellas
instituciones que atienden a los niños desde los 45 días hasta los
cinco años inclusive; d) Centros de desarrollo infantil (CDI): aquellas
instituciones creadas según lo establecido por la ley 26.233 —
Promoción y Regulación de los CDI; e) Diversas formas organizativas que
brindan cuidado y educación sistemática a niños/as desde los 45 días a
los cinco años inclusive. Son, entre otras: salas de juego, servicios
de atención a la primera infancia a domicilio u hospitalarios, en
contexto de privación de la libertad de niños nacidos o criados en
estos contextos, o cualquiera sea su denominación como persona legal.
5 Se refiere a que se va devengando a favor del asistente al
CDI, es decir, está orientado al concepto estricto o general de
devengar y no al concepto presupuestario.
IF-2025-121547624-APN-SSPF#MCH